¿Estás completamente dispuesto a ser confrontado, juzgado, examinado y probado? De lo contrario, no sigas adelante. Antes de analizar los dones del Espíritu Santo, antes de conocer sobre esta experiencia y cómo los describe el Pacto Renovado a través de las cartas y tratados de los evangelistas y apóstoles.
Cada creyente con hambre sincera de Dios reconoce su profunda importancia. Todo se sustenta en someterme con todo mi corazón al señorío de Dios (Elohim: Solo Dios me juzga) desde un corazón puro y limpio. Existe un pasaje en la Biblia, que -asumo- ofrece más luz al hombre que atraviesa momentos de duda y profunda confusión, está en Salmos 139: 13-14.
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mi camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.
Creo que no hay nada más personal, más íntimo y vulnerable para guiar a las personas que sí desean avanzar en la vida, aquellas que saben que su pecado va siempre delante de ellos todo el tiempo. Se trata de mi relación con Dios y aquellos pesados obstáculos que estorban e impiden mi completo desarrollo espiritual. Para quienes no han logrado entender la importancia de ser evaluado dentro de la gracia de Dios, hay algo todavía más intenso en la Palabra de Dios. Proverbios 28:13,
Quien esconde su pecado jamás puede prosperar; quien lo confiesa y lo deja, recibe el perdón.
Mis oraciones. Hemos construido expectativas falsas, las hemos traído al presente cada día, y hasta las hemos creído con todo nuestro corazón. En idioma español existen miles de libros editados sobre el tema de la oración, con todo esto, cada uno de nosotros deberíamos de ser perfectos expertos en realizar oraciones poderosas y eficaces. Además, de todos esos libros disponibles existen películas, talleres, conferencias, cursos y tutoriales. Miles de recursos disponibles para ser todos unos expertos en nuestra comunicación con Dios, en la forma de llegar al lugar de su presencia, permanecer ahí, exponer nuestras solicitudes, agradecer y de recibir. ¿Dónde está mi corazón cuando yo oro a Dios?
Una de los desaciertos más comunes está en la frecuente repetición de textos redactados por alguien más que sí tenía su corazón completo en su oración. Evitamos abrir y exponer "nuestro corazón" vulnerablemente a los ojos de Dios. Otro desacierto es repetir la oración de alguien más, cuando mis circunstancias obedecen a otro tiempo y momento. O bien, a una motivación incorrecta de nuestro corazón o estamos lejos de su propósito. A veces la voluntad de Dios y mi solicitud no están en la misma página.
La correcta actitud de mi corazón. La oración y el corazón del solicitante van unidos graníticamente, no son solamente palabras o secuencias más o menos lógicas o "impresionantes". Actualmente, podemos acudir a una o varias herramientas de inteligencia artificial generativa para pedirle que redacte un texto bastante similar al estilo de oración del pastor Billy Graham -por ejemplo- luego de enviar nuestro promt recibiremos respuesta en cosa de solo 2 a 3 segundos. Será una oración idónea y bien redactada. Pero, no surgió del corazón de un hombre humilde y lleno de fe, de un ser humano que reconoce que hay un Dios poderoso. Es el producto de una máquina sin alma y sin un sin corazón confiado.
Hijo mío, entrégame tu corazón,
y no apartes la mirada de mis caminos. Proverbios 23:26
Pruebame. Nuestra realidad espiritual está así de clara. Dios, que es nuestra contraparte en nuestros tiempos de oración, expresa que no sabemos orar. ¿Has notado cómo nuestra oración no provoca que venga el fuego consumidor más intenso del cielo para quemar en instantes el altar de madera mojada? Meditemos un momento: ¿Será que nuestra oración no impacta contundentemente al cielo? ¿Mi oración no se alinea al plan de Dios? ¿No se detona el ilimitado poder de su brazo fuerte para actuar a nuestro favor?
El escritor de la carta de Santiago nos dice: Y, si piden, no reciben nada porque piden con la torcida intención de malgastarlo en sus propios caprichos.
Cuando yo oro a Dios y utilizo este canal de comunicación abierto entre el Señor y yo. ¿Quién de los dos necesita fortalecer su débil fe? ¿Quién urge de disponer de poder milagroso para transformar aquello que es humanamente imposible? ¿Quién urge de un guía para hablar y pedir como conviene? La respuesta será siempre la misma, yo soy el más necesitado en esta relación.
Hubo un discípulo anónimo que dijo una de las frases humanas más poderosas por sensatez y honradez. Un discípulo vió y escucho a Jesús orar y eso le cambió su visión, observó su propio déficit. La podemos encontrar en Lucas 11: 1. Un día, Jesús fue a cierto lugar para orar. Cuando terminó, uno de sus discípulos se acercó y le pidió: —Señor, enséñanos a orar…
Guiame. Esta es la solicitud que desde desde el fondo del ser humano clama nuestra alma. Dios mismo -Espíritu Santo- se ofrece para corregir nuestro déficit en cada momento de oración. Escuche bien como lo explica el apóstol Pablo en su carta a los hermanos judíos y gentiles convertidos que viven en Roma, en su carta a los Romanos 8:26 Del mismo modo, y puesto que nuestra confianza en Dios es débil, el Espíritu Santo nos ayuda. Porque no sabemos cómo debemos orar a Dios, pero el Espíritu mismo ruega por nosotros, y lo hace de modo tan especial que no hay palabras para expresarlo.
De manera personal yo visualizo que en el futuro cercano, en poco tiempo y en muchos lugares ya es así. Habrá tal saturación de mensajes, argumentos, fortalezas espirituales del mismo infierno, influyendo en las mentes y corazones que las capacidades racionales saturadas de las personas sin Dios se van a abrumar y no podrán escuchar nada con claridad. Se va a necesitar de una generación que no solo comprenda las escrituras claramente, sino que experimente el poder de Dios a diario.
1 corintios 4:20. Pues el reino de Dios no consiste en las muchas palabras, sino en vivir por el (dúnamis: poder milagroso) poder de Dios.
Somos vasos corrientes sin ningún valor. Desde el escenario de la humildad sabrás bien, que nada sabemos y que debemos de ser enseñados en todos los asuntos del Reino de Dios, un reino que es espiritual y que funciona bajo leyes espirituales. Si aprendemos a limpiar correctamente este vaso -en la preciosa sangre del cordero que nos redimió- Dios lo llenará de los tesoros de su reino. Los vasos limpios deben de ser llenados por Dios.
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Los vasos limpios -siempre- se llenan. ¿Y tú de qué estás lleno? |
Dios ya dispuso para los redimidos y lavados, los que vivimos en relación de pacto con Él equiparnos con habilidades y herramientas que no son de la Tierra, son traídas desde su reino hasta aquí. Lo ha democratizado, lo hace asegurándose que nadie se quede en desventaja. Todos hemos recibido al menos un regalo para servir a la comunidad de fe. Dios mismo se aseguró de distribuir y entregar un don espiritual para que a ninguno nos falte una razón, una capacidad, una herramienta para ser útil dentro de la congregación.
1 corintios 12:7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.
¿Por qué Dios haría algo tan increíble y así de grande conmigo? Hizo esto para que todos los que formamos la iglesia, que es su cuerpo, estemos capacitados para servir y dar instrucción a los creyentes. Efesios 4:12
Existen mentiras que creemos a diario. Son muchas y variadas, casi todas con forma de excusa, con etiqueta de vergonzoso o de menosprecio social. Desde la parte de Dios -quien posee estas capacidades espirituales- existe un deseo por compartir y entregar a sus hijos estos regalos increíbles. ¿Existe esa misma reciprosidad en mi? ¿Hay en mi interior un deseo igual de intenso?
Por tanto, hermanos míos, anhelad el (profeteúo: hablar bajo inspiración) profetizar, y no (kolúo: estorbar) prohibáis hablar en (glossa) lenguas. 1 corintios 14:39
Por tanto, hermanos míos, anhelad el (profeteúo: hablar bajo inspiración) profetizar, y no (kolúo: estorbar) prohibáis hablar en (glossa) lenguas. 1 corintios 14:39
Las herramientas espirituales, las Apps del reino de Dios, los dones de Dios no son motivo para el desorden, no son para hacer burla, no son para señalar y menospreciar. No están aquí para ser el blanco del rechazo, ni de la critica, menos para presumir en medio del grupo. Son para ayudar a crecer en fe, para guiar, para fortalecer. La voz del profeta está sujeta a la voluntad del profeta: Profeta ordenado, sabe cuándo hablar:
La persona que hable de parte de Dios podrá decidir cuándo hablar y cuándo callar. 1 corintios 14:22
¿Quién dirige el orden? ¿Quién reparte las habilidades y herramientas? ¿Quién sabe la medida correcta? ¿Quién escoge a quién da esto o aquello? ¿Quién es el Señor?
El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él, es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos hechos por los hombres… Hechos 17:24
Dios -Elohim- en persona reparte a quién Él quiere y en la medida que Él quiere. Él está en total control de dar como a Él le place por ser el Señor. El Espíritu Santo es Dios y nosotros somos sus hijos obedientes. Los que hemos aprendido a escuchar su voz y a cumplir aquello que nos pida hacer; animar, fortalecer, revelar, sanar, adorar, decir, adoptar, abrazar, cuidar, proteger lo que Él desee mandar. De una manera directa servimos a los humanos que viven dentro del pacto, a la iglesia y a sus miembros. Pero, no todo termina ahí. En realidad, estamos sirviendo a Dios a través del servicio a nuestros hermanos. Los que pertenecen a la iglesia pueden tener distintas capacidades, pero todas ellas las da el mismo Espíritu. Se puede servir al Señor Jesús de distintas maneras, pero todos sirven al mismo Señor. Se pueden realizar distintas actividades, pero es el mismo Dios quien da a cada uno la habilidad de hacerlas. 1 corintios 12: 4-6
Pablo, abre un gran tema: Las cosas espirituales. Hace un claro énfasis en que se está alejando de los frutos de la carne, vamos al otro extremo; lo espiritual dentro de cada uno. Implica que habla a un auditorio de humanos lavados por la sangre del cordero, personas redimidas por Jesús. Ustedes no deben darse el lujo de ser desconocedores e ignorantes de estos asuntos. Y es que existe un rechazo manifiesto entre muchos creyentes a evitar madurar espiritualmente, se niegan a buscar más, a no desear más, a no crecer más.
No se trata de algo que se parezca a un bufete donde yo tomo -solo- de aquello que más me gusta. No, aquí es como la comida de casa que hace nuestra mamá a diario y sabes que es para tu bienestar y el de todos en este hogar, esto es para ti. ¡Ahora a comer!
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Compartiendo ese algo especial que Dios me ha dado. |
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