La Biblia, la Palabra de Dios inicia con la narración de un poderoso espíritu creador -de allí proviene el título Elohim - que se dedica por 6 días a transformar un planeta sin vida sumergido -literalmente- bajo un caos total hasta lograr un lindo jardín con seres vivos. Para realizar esta obra creadora él mismo se hace presente en el lugar mismo del caos y lo rodea -como aleteando- en la persona de su Ruah HaKodesk e inicia su transformación. Desde un lugar -desierto- sin medios para sustentar la vida, hasta convertirlo en un paraíso pleno de orden y de vida. De manera que, la persona que nos da la bienvenida a los humanos de este planeta en la tarde del día 6 de trabajo creador es Dios mismo. Vale decir que no pidió apoyo ni consejo a ninguna persona, de hecho no había ninguna. Al inicio, el cuerpo de Adán era sólo un modelo construido con barro rojo, sin vida. Dios se acercó y le compartió de su propio aliento vivificante -la fuente de la vida- y desde entonces los seres humanos
Jehová respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra. Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ . Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos. También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron. Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto . Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto. Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abr