Los sacrificios a Dios son un espíritu quebrantado; tú no despreciarás al de corazón humilde y arrepentido . Salmos 51:17 Visualizar el futuro involucra hacernos preguntas y planificar agendas. ¿Ya has hecho planes para el próximo lunes? ¿Has pensado acerca de lo que vas a hacer el próximo año? ¿Qué vas a comer o a vestir la próxima semana? ¿Te has tomado tiempo para meditar en las cosas que vas a hacer en la eternidad? ¿En qué actividad te vas a gastar? ¿Cómo será el equipo con el que vas a compartir todo ese tiempo? A los doce discípulos sí se les ocurrió pensar acerca de su futuro. Así que platicaban sobre el reino que Jesús ha estado anunciando y que -en parte- ha sido su motivación para seguir a este maestro itinerante que enseña en los caminos de Israel. Así que entre ellos mismos se han estado organizando, han estado discutiendo acerca de la estructura que podría funcionar mejor según sus ambiciones personales. El deseo de que el reino de los cielos se instale aquí en la Tie
Imagine que, un sábado -como pocos- Ud. está en medio de una multitud de enfermos crónicos. Cuando de pronto Usted escucha -desde el fondo- la voz de un hombre, que curiosamente lleva un catre bajo el brazo: - Con su permiso. Perdón, ¿Me da permiso joven? Disculpe señora ¿Me permite el paso? Ya es tarde y debo llegar a mi casa. No pasó así exactamente. Realmente el pasaje nos dice que: Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio