¿Ser o no ser la víctima? Cada vez que asumimos el papel de víctima en una relación, la que esta sea, sabemos muy bien como montar un drama de magnitudes épicas. Resulta que al asumir el papel de víctima, hemos hecho lo que es más fácil de hacer. La mayoría de las oportunidades -no siempre- que somos agredidos o afectados por alguien sacamos la regla de medir más grande y resulta que las faltas que los demás cometen en nuestra contra miden "diez veces" de lo que en realidad parecía ser. Alargamos el dolor, y lo arrastramos una gran distancia de nuestra vida, también se lo hacemos saber a muchas personas para que muestren compasión o algo de lástima hacia nosotros. No falta quien lo publique en sus redes sociales para que alguien más o muchos le muestren solidaridad por su dolor. Para otros, esa experiencia bien pudiera servir de inspiración para escribir un poema o una canción; una balada, un tango, o una buena ranchera. Tampoco faltará algún abogado en línea que te reco...