En la vida cotidiana fácilmente confundimos la ruta, pero podemos corregir. Luego de muchas décadas de servicio a Dios y a su iglesia, escuche a un viejo siervo explicar algo que a la mayoría nos toma mucho tiempo entender. Espero que no sea tu caso. Tiene que ver con el lugar dónde Dios está; cómo atraemos su presencia y cómo lograr que Dios se quede entre nosotros, la presencia del Dios eterno en medio nuestro. Sus palabras mostraban humildad, seguridad, y convicción. Seguramente era el fruto de haber buscado y descubierto día tras día el rostro del Dios al que él servía. El anciano - serenamente- dijo: -Jesús va a donde se le invita y es bien recibido, y se queda donde es adorado . Muchas veces después de meses y años de asistir a una congregación aprendemos sobre las costumbres y la cultura de los cristianos dentro del templo, sabemos muchos cantos inspiradores, memorizamos algunos pasajes bíblicos, reconocemos algunas historias y sus actores, adquirimos una...