El punto blanco que indica la flecha, es la imagen de La Tierra observada desde el planeta Saturno por la sonda espacial Cassini. |
Existe una brillante luz, que no depende de las fuentes lumínicas tangibles; como el sol o las estrellas. Se puede entender a esta luz cómo iluminar con el brillo de su gloria, en hebreo se utiliza la palabra or. Durante el primer día fueron apartados el brillo glorioso, del resto de las profundas tinieblas. Así pasamos al segundo y al tercer día. Será, hasta llegar el cuarto día, que Dios ordenó -a través de los dichos de su boca- que surgieran las fuentes lumínicas o luminarias en el firmamento, a partir de esa orden surgió la energía lumínica desde la corona del sol a la atmósfera de la tierra. La infiltración del pecado afectó de forma integral a nuestro planeta y contaminó todo lo bueno que hubo antes sobre la tierra. El pecado, introdujo a la muerte, la injusticia, la maldad en la tierra. Se estableció el reino de las tinieblas. El escritor del libro del Apocalipsis, nos narra en el capítulo 21 que habrá un nuevo ordenamiento; una segunda creación.
Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues ya el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir... verso 1
Un día en el futuro, cuando esta tierra y este cielo que la rodea pasen estaremos en un lugar que no necesitará ni de sol, ni estrellas, ni luna para proveer su energía lumínica y sustentar los procesos biológicos actuales. En ese lugar habrá iluminación únicamente a través del brillo de la gloria del Cordero de Dios desde su trono de justicia. Exactamente, igual al primer día de la creación. Su luz brillará todo el tiempo.
¿Qué es el cielo? Sabemos que se trata de un lugar. Jesús vino desde allí y vivió entre nosotros, para después de resucitar de la muerte volver de regreso hasta éste. Solo en el nuevo testamento se menciona el cielo unas 276 veces. El apóstol Pablo lo visitó (tercer cielo), el apóstol Juan también lo pudo visitar y observar. Al primero, le ordenaron no compartir nada de lo que miró allá. Y al segundo, le pidieron documentar todo y compartirlo. La palabra hebrea para cielos es shamáyim.
Shamáyim incluye todo lo que se encuentra sobre la tierra, desde nuestra atmósfera gaseosa hasta la bóveda celeste. En cierta forma, es como una cortina entre la tierra y el lugar de la morada de Dios. Jesús, nos explicó que nuestra estancia en el cielo no incluye casamientos, ni nacimientos. Dentro del simbolismo de la narración del capítulo 21 de Apocalipsis, observamos que la figura del tabernáculo describe la vida celeste como comunión perfecta con Dios. El simbolismo de la ciudad describe el estilo de vida celica como protección y seguridad perfecta. La imagen del huerto muestra la vida celestial como perfecta provisión.
En la casa de mi Padre hay lugar para todos. Si no fuera cierto, no les habría dicho que voy allá a prepararles un lugar. Juan 14.2
El cielo, no será como una mansión para mantener una morada permanente. Será una estancia temporal -habitación para visitas- y no debe ser confundido con la nueva Jerusalén que sí será una morada eterna. Todos aquellos que duermen en la fe en Jesús van allá. La palabra que utiliza el original griego es μονή moné, que a su vez deriva de méno y que describe la acción de hacer escala, posar, o esperar.
¿Qué es el reino de Dios? El reino no depende de la existencia de un pueblo, lo básico y primordial es que exista un rey, con solo esto -el único rey- ya existe un reino. Dios siempre ha sido rey en el cielo y la cabeza de su gobierno. Se trata del gobierno de un rey justo que anhela y que desea tener un pueblo justo. Pero, no cualquier pueblo. Su anhelo es tener un pueblo de sacerdotes reales, que compartan o hagan llegar al resto de pueblos su justicia, un reino de justicia. Este rey, está dispuesto a redimir a su pueblo para santificarlo. Su reino, posee un libro de redimidos que se han santificado. Este reino, nos demanda que los humanos nacidos de mujer también nazcan del Espíritu de Dios, o sufran una regeneración a través del nuevo nacimiento. Pero, no todos los convocados entran a éste. El rey es la fuente de la virtud, el rey está en un trono en el cielo. Las personas obedientes a la voluntad de Dios y que dan buen ejemplo, poseen mayor jerarquía en este reino. Los humanos que son como niños sin malicia, son bienvenidos aquí. Aquellos que sufren persecución a causa de la justicia son sus dueños. El primer anuncio del reino de Dios en la tierra surgió cuando el humano entró el día número 6 de la creación a la tierra, a un lugar llamado el Jardín, en hebreo gan. El número 6, es un símbolo de la gracia de Dios. El día que Dios citó a Israel en el monte Sinaí -en la tradición hebrea el 6 de Nisán del año 2513- Dios, se aproximó a Israel a los 3 meses de salir de Egipto. Pero, Israel decidió alejarse por su temor a morir. Dios no se valió de un templo en este encuentro. Al amanecer del tercer día, en el cielo se oían truenos y se veían relámpagos; sobre la montaña había una nube oscura, y se oía el fuerte toque de una trompeta. ¡Todos los israelitas que estaban en el campamento temblaban de miedo. Éxodo 19:16
¿Qué es el reino milenial? Se va a localizar en la tierra. Es un periodo de mil años donde Jesús, será el rey del reino de los cielos en la tierra gobernando sobre el trono de David. Donde los lavados con su sangre serán sus habitantes. Será un periodo en el que la tierra será lo que debió ser, sin el pecado. Será la tierra en su estado original, sin pecado. La nación de Israel, será la única potencia del gobierno mundial. Los discípulos y los mártires de la fe gobernarán a las naciones (sobrevivientes de la gran tribulación). En cumplimiento de una verdad eterna; el juicio de Dios -el día de la ira- produce el reino de Dios. Ellos volvieron a vivir, y Dios les dio tronos para que gobernaran con el Mesías durante mil años. Ellos son los primeros que volverán a vivir; pues han recibido una gran bendición y forman parte del pueblo elegido de Dios. Nunca serán apartados de Dios, sino que serán sacerdotes de Dios y del Mesías, y reinarán con él durante mil años. El resto de los muertos no volverá a vivir hasta que se cumplan los mil años. Apocalipsis 20: 4-6
Los animales vivirán en perfecta paz. La casa de gobierno de este reino será un templo nuevo donde se renovará el servicio a Dios, incluido el guardar el séptimo día. En el inicio del milenio el reino estará habitado sólo por los seguidores de Jesús. Aquellos que habían muerto en la fe de Jesús recibirán nuevos cuerpos glorificados y sellados contra el pecado. Al finalizar este periodo, satanás será liberado de su cautiverio y vendrá con un gran engaño sobre los habitantes de la tierra, por un muy corto periodo de tiempo. Habrá una coalición de naciones que marcharán sobre Israel para atacarlos. Luego vendrá el fin del mundo, cuando Cristo derrotará a todas las autoridades y a todos los poderes, y le entregará el reinado a Dios el Padre. Cristo reinará hasta que haya vencido a todos sus enemigos. El último enemigo que Cristo vencerá es la muerte. Cuando la Biblia dice: «Dios puso todo bajo su dominio», la palabra «todo» no incluye a Dios, porque es Dios quien puso todo bajo la autoridad de Cristo. Y cuando todo esté bajo el dominio del Hijo, él mismo se pondrá bajo la autoridad de Dios. Así, Dios estará sobre todas las cosas, pues él es quien puso todo bajo el dominio de Cristo. 1 corintios 15:24-28
¿Qué es la nueva Jerusalén? Jerusalén, es una palabra compuesta por dos palabras hebreas; ieru y shalóm, viene a entenderse como ciudad de plenitud, en arameo Yerushalém. Se trata del estado final del reino de Dios. Es una ciudad que va a bajar desde el cielo -Dios- hasta una nueva tierra (segunda creación). La nueva Jerusalén, guarda enormes similitudes con el Jardín de Dios, un reino. Es un lugar sin temor, un sitio pleno de seguridad y protección. No fue construida por las manos de hombres, fue diseñada y hecha totalmente en el cielo, hace un claro contraste con la ciudad de Babilonia que es un proyecto de humanos. Posee una muralla perimetral que la rodea, es plena de símbolos del nuevo orden o gobierno; el reino de Dios. Se fundamenta en la Palabra de Dios (la ley de Moisés y las enseñanzas de los apóstoles). Es un lugar increíblemente lindo, impresionantemente brillante. Todas sus dimensiones están relacionadas con el número 12, este número es símbolo del orden, gobierno y reino. Una característica de esta ciudad está en que no tiene un templo, tampoco se ilumina a través del sol; sino que el trono de justicia del cordero de Dios la ilumina permanentemente. Será una ciudad luz. Sus puertas nunca van a cerrarse, permanecerán abiertas. Solo pueden entrar en ella aquellos que estén anotados en el libro del cordero de Dios. Los que vivan ahí recibirán el carácter de Dios (nombre), así su perspectiva divina será la que domine sobre nuestra mente. Habrá un único árbol, el árbol de la vida -algunos interpretan aquí la cruz- que sana (otorga eternidad) a las naciones.
Es en este lugar -la nueva Jerusalén- lleno y plena manifestación de la gloria de Dios que es donde sí vamos a pasar la eternidad. El brillo de su santidad, la luz que se emite desde la gloria de Dios nos va a iluminar. Esto hace referencia directa al día uno de la creación. A causa de la entrada del error, esta condición -su luz- se perdió temporalmente en la primera creación manchada de pecado solo disponíamos de la luz provista en el día cuatro de la creación. ¿A quién esperas ver al llegar al cielo? ¿Ya estás anotado en el libro de la vida del Cordero? ¿Has rendido tu vida a la autoridad total del rey de los cielos?
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