Éxodo 7: Kabéd

Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo. Ve por la mañana a Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra, y dile: Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto; y he aquí que hasta ahora no has querido oír. Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre. Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río. Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra. Y Moisés y Aarón hicieron como Jehová lo mandó; y alzando la vara golpeó las aguas que había en el río, en presencia de Faraón y de sus siervos; y todas las aguas que había en el río se convirtieron en sangre. Asimismo los peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, tanto que los egipcios no podían beber de él. Y hubo sangre por toda la tierra de Egipto. Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho. Y Faraón se volvió y fue a su casa, y no dio atención tampoco a esto. Y en todo Egipto hicieron pozos alrededor del río para beber, porque no podían beber de las aguas del río. Y se cumplieron siete días después que Jehová hirió el río. Éxodo 7:14-25

Se agradece tu fidelidad al estudio del libro del Éxodo. La manifestación de Dios en este momento dejó de ser un asunto privado y ha pasado a ser pública. Sí, Dios está directamente tratando con el corazón de faraón. Pero, es -también- un trato con todos nosotros; con lo hebreos, con el pueblo egipcio, con los que viven en Egipto. Todos debemos reaccionar correctamente ante su revelación.

Corazón pesado. Faraón es conocedor de la voluntad de Dios: -Envía a mi pueblo. Dios lo describe utilizando la palabra hebrea kabéd para describir la respuesta de faraón, kabéd significa pesado, duro, terco, obstinado se refiere a algo que no se permite ser moldeado. El corazón de faraón no cede espacio para ser moldeado y acercarse a Dios. El corazón de faraón está maén significa que se rehúsa a someterse. Antes, se utilizó 5 veces el término hebreo kjazác cuando se dijo que el corazón de faraón se -kjazác- endureció, significa que él se apoyó en su propia prudencia, escogió hacer su voluntad y rechazar la voluntad de Dios. La expresión que mejor describe kjazác en español es la de una persona que está ejerciendo su libre albedrío es “tomar una decisión consciente”. Cuando alguien toma una decisión basada en su propia voluntad y sin coacción externa, está ejerciendo su derecho a elegir libremente.

Cada vez que observamos a Moisés hablar con faraón observamos dos actitudes opuestas entre sí. Se puede ver un corazón que voluntariamente escogió ser maleable y otro corazón que eligió endurecerse.

Al surgir la mañana, en un contexto de luz ascendente. Dios entrega una nueva instrucción a Moisés: -Ve a presentarte a faraón cuando este baje al agua. Tú te vas a mantener frente a faraón de pie. Aquí se establece un punto de vista dominante de Moisés(domina) sobre la persona de faraón(subordinado). La vara o bastón de Moisés que ya había sido convertido en serpiente cuando Dios habló desde la llama de la zarza. Toma la vara en tu mano, es un símbolo de autoridad. La palabra ibrí (hebreo), hace referencia a Abraham y a su familia que abandonaron la tierra de la idolatría y cruzando -en fe- hasta la tierra que Dios les entregó.

Además, Dios le está pidiendo a faraón que abandone -kabéd- la actitud de no escuchar, ni de obedecer a su voluntad de dar la orden de salir a su pueblo para adorar. Esto habla de que el espacio de tiempo bajo la tolerancia de Dios ya no existe más. -Faraón Yo te he revelado mi existencia y tú no me has querido escuchar.

¿Por qué Moisés se asocia al agua? Moisés salió desde el agua del río Nilo. Ahora vas a conocer al Eterno -El que fui, soy y seré- por eso te naká -golpearé- con este bastón o vara (símbolo de su autoridad delegada para ejecutar su plan) sobre las aguas del río Nilo (afectando el prestigio de faraón y 3 dioses más) y cambiará a (dam)sangre. La sangre revelada muestra nuestra impureza, muestra corrupción, muestra contaminación y falta de pureza. En este río los egipcios lanzaron bebés hebreos como ofrenda a sus ídolos. Hasta ahora han ignorado el peso de su pecado. Se trata de un juicio. Los peces -dag- y la vida en el río Nilo morirá, traerá un fuerte mal olor repugnante. Pero, observemos que no sólo el Nilo, los ríos que confluyen en éste, lo demás cuerpos de agua dulce incluidos los recipientes domésticos. Esta plaga tenía un significado profundo; el Nilo, el río de Egipto, es una divinidad, y el Dios verdadero estaba demostrando su superioridad y poder sobre él. La plaga duró siete días, pero el corazón orgulloso del faraón no le permitió pedir a Moisés que orara por su remoción. Así, los soberbios y necios acumulan ira sobre sí mismos. Esta narrativa revela tanto la justicia divina como la misericordia de Dios hacia su pueblo. La transformación del agua en sangre sirve como un recordatorio de que Dios es soberano sobre todas las cosas, incluso sobre aquello que idolatramos.

Vamos despacio aquí en esta parte para ver nuevamente que el corazón de Moisés y de Aarón sí son sumisos. Ellos dos sí escuchan con la actitud de responder con total fidelidad a la orden del Dios verdadero. Todo el gabinete de ministros de la casa real -incluido este faraón- fueron testigos de la revelación de Dios. Se hizo evidente que los dichos de Dios fueron escuchados por Moisés, obedecidos y que hubo un cambio. Cesó la bendición a causa del rechazo.

La plaga de sangre tuvo un impacto devastador en la sociedad egipcia. La transformación del agua del Nilo en sangre causó daños significativos a la salud, la economía y la estabilidad social. Aquí están algunos de los efectos: El agua del Nilo, fundamental para la agricultura, el transporte y otras actividades esenciales, se volvió no apta para beber o utilizar en actividades cotidianas. Esto afectó la producción de alimentos y la vida económica. Además, la muerte de peces afectó la pesca y la economía relacionada con ella. La falta de agua potable llevó a la propagación de enfermedades y epidemias. Las personas se vieron afectadas por la sed y la insalubridad. Además, la imposibilidad de usar el agua para beber, cocinar o lavar afectó la vida diaria de los egipcios, y ver ríos y lagos convertidos en sangre debió ser aterrador y perturbador para la población. Además, el orden y armonía del Maat egipcio se rompió aquí.

Pero, una vez más faraón no quiso escuchar y rechazó los dichos del Dios verdadero. Se apresuró a convocar a su equipo de hechiceros. Los magos de faraón imitaron lo hecho por Aarón y Moisés en una menor escala ante Moisés, Aarón, faraón y sus ministros. En su interior faraón se apegó a su necedad. Faraón se mantuvo obstinado y necio. Regresó -dio la espalda- a su palacio y no le prestó atención a este evento, no meditó, ni reflexionó.

Egipto se tomó el trabajo adicional de construir nuevos pozos más allá de las orillas del río Nilo para obtener agua para su consumo y sobrevivir. Al cumplirse 7 días de esta plaga -el siete conlleva el propósito de que esto provocará la santidad- se terminó. Todo lo anterior sucedió a la vez en todo Egipto, en el instante que Moisés y Aarón lo declararon, afectó a todos por igual y toda la nación se enteró que fue el Dios verdadero quien lo hizo pasando sobre la autoridad de faraón y de los otros ídolos. El río Nilo ha sido mencionado 14 veces (7x2). Durante el diluvio llovió por 7 días y luego de esto inició un nuevo orden mundial con Noé y sus hijos. El siete siempre transmite un mensaje de completitud, perfección y cumplimiento divino.

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