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Éxodo 8: No es lo mismo


Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo castigaré con ranas todos tus territorios. Y el río criará ranas, las cuales subirán y entrarán en tu casa, en la cámara donde duermes, y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos, en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas. Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre todos tus siervos. Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, arroyos y estanques, para que haga subir ranas sobre la tierra de Egipto. Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto. Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto. Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad a Jehová para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que ofrezca sacrificios a Jehová. Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente queden en el río. Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como Jehová nuestro Dios. Y las ranas se irán de ti, y de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo, y solamente quedarán en el río. Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia de Faraón. Y clamó Moisés a Jehová tocante a las ranas que había mandado a Faraón. E hizo Jehová conforme a la palabra de Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los cortijos y de los campos. Y las juntaron en montones, y apestaba la tierra. Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho. Éxodo 8: 1-15

Los enemigos de Egipto no están afuera de sus fronteras, están en el centro del trono de faraón; en su corazón repleto de obstinada arrogancia.

¡Envía a mi pueblo...! La revelación de la voluntad de Dios a faraón no ha cambiado, sigue en pie y se mantiene igual. Dios, a través de Moisés y Aarón le ordena a faraón que debe dar la orden para que los hebreos vayan al desierto a adorar(servir) a Dios. No se trata solamente de permitir a los hebreos salir.
Es probable que si el Dios verdadero irrumpe de un instante a otro en tu vida y te da una orden, tendrás algunos conflictos en tu interior. Quizá, se trate de un desafío que te incomode como algo que te mueve fuera de tu zona de confort. Puedes reaccionar de una manera necia o puedes reaccionar de forma dócil. Esa será tu decisión. Pero, en todo este proceso de cambiar tu necio corazón Dios va a estar a tu lado. Dispondrás de su acompañamiento, tendrás un coach personal. Es como ser incluido en los planes de Dios.
En el verso 2, se utiliza la palabra hebrea im; que puede ser traducida al español como un "si condicional" o como "ya que..." se sugiere para este verso 2 la segunda "ya que te rehusaste...". También vale entender que se utiliza la palabra hebrea nagáf (nogueb) en presente y se deberá entender como "he estado dando un golpe (plaga) desde tus fronteras con ranas" formando así una multitud, en gran cantidad.
Pero todos los que no tienen aletas ni escamas en el mar y en los ríos, así de todo lo que se mueve como de toda cosa viviente que está en las aguas, los tendréis en abominación. Levítico 11: 10

La rana es un animal inmundo que va a entrar en tu casa y va a contaminar todo, incluso cuando haces tu comida y la comes, tus relaciones en casa, el lugar donde duermes. Se asume que afectará a los egipcios, sin afectar la tierra de Gosén donde tradicionalmente vivían los hebreos. Se trata de un juicio divino muy excluyente y focalizado, no es para todos.
Deidad egipcia Heket.
Heket, (cosechando vida) en la mitología egipcia, era una diosa primordialmente asociada con la fertilidad y el nacimiento. Representada iconográficamente como una rana o una mujer con cabeza de rana, simbolizaba la vida emergente y la regeneración. Su culto se extendía por varias regiones de Egipto, siendo especialmente prominente en Hermópolis Magna. Heket era considerada la hija del dios solar Ra y la esposa de Shu, lo que la vinculaba con la creación y el ciclo vital. Su función trascendía el ámbito terrenal, asistiendo en el nacimiento del sol cada mañana y facilitando la resurrección de Osiris, lo que le confería un papel crucial en el proceso de renacimiento en el más allá. La veneración de Heket, por tanto, no solo enfatizaba la fertilidad y protección durante el parto, sino también la perpetuación de la vida más allá de la muerte.
Las ranas van a "cubrir" o cobijar toda "la tierra de los egipcios". Hay un entendido en la tradición judía de que el avance de las ranas sobre la tierra fue ordenado y organizado. Algunos maestros judíos agregan que había una rana líder que guiaba al resto con silbidos. Luego, los hechiceros egipcios crearon una ilusión que hizo aparecer ranas también. Pero, a pesar de su ilusión mágica no solucionaron la crisis de las ranas que ensuciaron hasta el pan que ellos comían.
El prestigio de faraón fue roto al no poder mantener el orden y equilibrio de MaatLa invasión de ranas en el antiguo Egipto, tal como se describe en Éxodo 8, representó una crisis de prestigio para el faraón y una ruptura del Maat, el principio de orden y armonía. Este evento no solo fue una calamidad física sino también un desafío simbólico al poder divino del faraón, quien era considerado un intermediario entre los dioses y los humanos y el garante del Maat. La incapacidad del faraón para prevenir o detener la plaga puso en duda su legitimidad y su conexión divina, socavando su estatus ante su pueblo y los dioses. La presencia abrumadora de ranas, animales asociados con la diosa Heket y la fertilidad, se convirtió en un signo ominoso de desequilibrio y caos, contradiciendo la noción de que el faraón mantenía el orden cósmico y natural. Este episodio simbolizó la pérdida de control y la vulnerabilidad del faraón ante fuerzas que parecían estar más allá de su influencia divina, erosionando la confianza en su capacidad para proteger y mantener el Maat en Egipto. Todos los dioses egipcios están sujetos a la naturaleza, pero el Dios verdadero está por encima de la creación. El hombre -en el origen- recibió de Dios la autoridad -señorío-  sobre la creación.
La parte más significativa, la encontramos cuando faraón le pide a Moisés y a Aarón -no acudió a sus hechiceros- que vayan a (Tzaaq) clamar al Dios verdadero y le llama por el nombre con que Dios se le reveló a Moisés YHWH. Faraón ha alcanzado la comprensión del único Dios eterno. Además, faraón agrega que él enviará al pueblo (hebreo) para que zabákj (sacrifiquen ofrendas).
-Moisés y Aarón si ustedes dos van y claman en voz alta al único Dios verdadero y Él quita la plaga de ranas -entonces- podrán ir a ofrecer sacrificios de animales. (Se trata de una falsa promesa de libertad que no piensa cumplir como todo hombre político).
Ahora Moisés responde a faraón que le haga una solicitud con mayor detalle. ¿A qué hora exacta gustas que yo vaya a clamar al Dios eterno para que las ranas regresen al Río Nilo? Faraón le respondió algo raro: Mañana. ¿Por qué no dijo ya mismo o esta noche? ¿Por qué faraón alargó el sufrimiento de su pueblo? Para así justificar -neciamente- que no fue hecho por el Dios verdadero. Se destaca que, no se vale que se le reste eficacia a Dios. Moisés le declara a faraón que, la gloria es sólo del Dios verdadero y tú lo vas a conocer plenamente.
Las ranas(demonios) van a retornar (juicio y condenación) de en medio de las casas que habitan en el mundo hacia su destino; el río Nilo(lago de fuego). Moisés va a clamar a su Dios para que sea hecha su voluntad y que esta se cumpla sobre cualquier otra cosa, para que su propósito logre el fin. Ante las 2 opciones; interceder por el deseo de faraón o la voluntad de Dios, Moisés apostó por la voluntad de Dios. Una vez que Moisés terminó de clamar a Dios, las ranas que no regresaron al río murieron en el acto en las casas egipcias justo delante de los ojos de faraón y de los egipcios. Cuando estás en la posición correcta, en el centro de la voluntad de Dios, verás maravillas. (Recuerdas a las parteras que sí obedecieron a Dios antes que, la orden de faraón).
La multitud de las ranas muertas se reunieron en grupos como cerros de inmundicia palpable que despedían un intenso mal olor que molestaba a todos en Egipto a razón del corazón necio de faraón. Así es la multitud de nuestros pecados, ofenden y huelen muy mal ante la presencia de Dios. Pero, faraón se sintió aliviado por superar la crisis de las ranas muertas e ignoró las molestias que los demás egipcios padecían. Una vez más faraón avanzó en su necedad y otra vez decidió endurecer su corazón. Este verso resulta absolutamente claro y elocuente al exponer que ha sido faraón quien decide endurecer su corazón (kabád) e ignorar la manifestación de Dios actuando desde su libre albedrío. Fue su voluntad la que decidió no dar el crédito, ni glorificar al Dios eterno como también el no escuchar a Moisés y su mensaje. Todo esto ya era sabido por Dios y dicho con antelación a Moisés.
Ahora vemos a un faraón aliviado por la crisis de las ranas. Él se sintió relajado por haber librado ese problema que afectaba a todo Egipto. Muchos adoptamos la misma actitud de faraón, en la peor crisis él buscó a los siervos de Dios, y una vez recibido el favor de Dios -su misericordia- volvió a su necia posición.

Entonces Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por todo el país de Egipto. Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto. Y los hechiceros hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron. Y hubo piojos tanto en los hombres como en las bestias. Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es este. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.
La plaga de moscas. Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante de Faraón, he aquí él sale al río; y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; y las casas de los egipcios se llenarán de toda clase de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén. Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra. Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal. Y Jehová lo hizo así, y vino toda clase de moscas molestísimas sobre la casa de Faraón, sobre las casas de sus siervos, y sobre todo el país de Egipto; y la tierra fue corrompida a causa de ellas. Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios en la tierra. Y Moisés respondió: No conviene que hagamos así, porque ofreceríamos a Jehová nuestro Dios la abominación de los egipcios. He aquí, si sacrificáramos la abominación de los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían? Camino de tres días iremos por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, como él nos dirá. Dijo Faraón: Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por mí. Y respondió Moisés: He aquí, al salir yo de tu presencia, rogaré a Jehová que las diversas clases de moscas se vayan de Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a dar sacrificio a Jehová. Entonces Moisés salió de la presencia de Faraón, y oró a Jehová. Y Jehová hizo conforme a la palabra de Moisés, y quitó todas aquellas moscas de Faraón, de sus siervos y de su pueblo, sin que quedara una. Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo. Éxodo 8: 16-32.

Llegan los piojos a Egipto. Desde de la tierra -la suciedad sobre la que ellos mismos caminan- surgirán piojos que van a estar "en y sobre" la piel de los egipcios y de sus animales domésticos y su ganado. Moisés y Aarón fueron obedientes a la instrucción de Dios y -nuevamente- se hizo un juicio vertical -la vara en posición vertical- según se les había declarado. Por tener piojos todos los egipcios y sus bestias se altera por completo el sistema de adoración de los egipcios. En esta oportunidad -se puede asumir- que los hechiceros de faraón se tomaran la molestia por intentar revertir la crisis de los piojos y después de hacer sus mejores esfuerzos no lograron nada, no hubo ningún cambio.
Así que, los propios hechiceros de Egipto se dirigen a faraón para hacerle una revelación que nadie esperaba de algún egipcio leal a faraón: -Esta señal es producto del dedo de Dios. Pero, ante este testimonio, frente a esta revelación faraón -nuevamente- decidió endurecer su corazón.
En la tradición judía se suele explicar esta frase en el sentido de que estamos ante poca cosa, algo que no es para nada importante, es insignificante.
¿Cuál será nuestra respuesta ante la revelación de Dios? ¿Lo ignoramos, lo negamos, nos acercamos  a Dios y le obedecemos?
Envió a su siervo Moisés, y a Aarón, al cual escogió. Puso en ellos las palabras de sus señales, Y sus prodigios en la tierra de Cam. Envió tinieblas que lo oscurecieron todo; no fueron rebeldes a su palabra. Volvió sus aguas en sangre, y mató sus peces. Su tierra produjo ranas hasta en las cámaras de sus reyes. Habló, y vinieron enjambres de moscas, y piojos en todos sus términos. Salmo 105: 26-31
Las primeras plagas surgen desde el agua, ahora inicia un ciclo de plagas desde la tierra. Similar a la estructura que observamos en el Apocalipsis agua(sellos), la tierra(trompetas). En el verso 20, Dios le pide a Moisés que tome una posición de autoridad delante de faraón. Permítame aquí mismo hacer juntos una reflexión: Dios le pide a faraón que abandone su posición de autoridad (dejar su trono) sobre los hebreos y que permita al pueblo de Dios (Israel, su príncipe) para que vayan a un desierto sin medios para la vida (a la muerte por 3 días) para ofrecer sacrificio. Lo que faraón no es capaz de ver es que Dios es tan poderoso que puede devolver su trono de autoridad, después de 3 días de sacrificios en el desierto. Si Ud. ha observado con cuidado los detalles habrá observado una figura mesiánica en el texto anterior. El corazón de faraón -el problema- teme y desconfía que los hebreos regresen a estar bajo la autoridad de su trono.
¿Los envías tú al desierto o Yo te lo envío a tu casa? Dios le ha pedido a faraón que él de la orden de enviar a los hebreos al desierto para dar sacrificios a Dios. Si faraón no los envía allá, en consecuencia -entonces- Dios le va a enviar a faraón y sus siervos una variedad de animales salvajes o variedad de insectos (tradicionalmente traducido al español como: moscas) por todas partes de sus casas para dañarles, será como un enjambre.
En el verso 20 su primera frase "En aquel día..." nos anuncia que próximamente habrá un juicio. Dios va a separar, Él va a distinguir a quienes poseen una relación de pacto con Él de entre todos los habitantes de Gosén (habitado por los hijos de Israel) y del resto del territorio de Egipto y de sus habitantes.
El verso 23 dice que, Dios pondrá (pedút)redención entre mi pueblo y el tuyo. Dios en un acto de amor les va a dar los medios para su redención, en términos de contabilidad y de propiedad de los títulos de la deuda y de su pago. El agente diferenciador será el pago a satisfacción del valor de la deuda. La raíz de la palabra pedút proviene del verbo hebreo padah (פדה), que significa redimir o liberar.
Y se añade que Dios va a manifestar una señal milagrosa que sólo Él es capaz de lograr (ot). Al siguiente día todo lo que se anunció, ocurrió. El (arób) enjambre de animales salvajes (otras traducciones en español dicen moscas o insectos) se introdujo -exclusivamente- en las casas de los egipcios. Faraón convocó a Moisés y a Aarón, les pidió que fueran a hacer sus sacrificios aquí mismo dentro del territorio egipcio, no a tres días de camino en el desierto como Dios les ordenó.
Papiro de Ipuur.
El Papiro de Ipuur y el Éxodo presentan narrativas de las plagas en el antiguo Egipto que han suscitado comparaciones académicas. El Papiro, un texto egipcio, alude a un río convertido en sangre, evocando la primera plaga bíblica. El Éxodo describe plagas enviadas por Dios, incluyendo la transformación del Nilo en sangre y una invasión de ranas. Estos paralelismos han llevado a algunos estudiosos a explorar conexiones entre los textos. El Papiro de Ipuur es un documento de incalculable valor histórico para el estudio del Antiguo Egipto. Su importancia radica en la luz que arroja sobre un período de transición y crisis, posiblemente durante el Primer Periodo Intermedio o el Segundo Periodo Intermedio de Egipto. El texto, que se cree fue escrito alrededor de 1850 a 1600 a.C., ofrece una narrativa poética que describe una sociedad que ha colapsado. Este papiro es especialmente significativo porque proporciona una perspectiva interna sobre los desafíos y la visión de los antiguos egipcios respecto a su mundo y su cosmovisión. 
No es lo mismo, asegura todos los detalles. El verso 26 es considerado un verso muy complicado de interpretar. Se recomienda no interpretar de manera ligera. "La voluntad de Dios no sería hecha de forma exacta y completa, y eso no nos conviene". Sería como obedecer parcialmente, "en parte sí, pero en parte no". La manera hebrea de ofrecer sacrificios al Dios verdadero sería observada por los egipcios como un acto repugnante y abominable. Los egipcios se molestaran y actuarán con intolerancia y nos atacarán. Resulta que el sacrificio de animales domésticos está sancionado y prohibido en Egipto. Al caminar al interior de la tierra desolada, vacía y sin medios de vida por 3 días (revelación) y serviremos con sacrificios al Dios verdadero según como Él nos lo ha instruido.
Ahora hay un ligero cambio en faraón; es algo parcial, no es un cambio total. Lo que no satisface a Dios. Luego faraón le dijo a Moisés: Podrán ir por ahí, pero no muy lejos, (sin salir de Egipto mi dominio) y oren a su Dios por mi. Moisés le responde que mañana él va a ir al desierto para orar al Dios eterno para que retire a los animales de las casas de los egipcios. Faraón pretende negociar, engañar a Moisés y burlarse de Dios. Moisés respondió y  le hizo señal de: ¡Alto ahí! Y luego Moisés salió de ahí y oró. Dios sacó a los enjambres de insectos y no quedó ni uno, en ese mismo instante y según la orden del Dios verdadero. Y una vez más faraón se sintió aliviado, regresó a su necedad y otra vez endureció su corazón.
Hay que comprender honestamente, que Dios sí nos ha presentado oportunidades. Pero, cuando tú le dices que sí y luego resulta que no le cumples, entonces tu corazón se hundirá en una profunda y oscura obstinación y terquedad. Tu decisión, tu rechazo traerá un mayor endurecimiento a tu corazón, mayor arrogancia. Una vez más faraón no hizo lo que se había comprometido a hacer. La oportunidad no estará disponible por siempre, un día ya no habrá disponible ninguna otra oportunidad para obedecer.

Continúa tu estudio bíblico en Éxodo 9

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