Éxito: Ser promovido por Dios.

¿Alguna vez has soñado con ser exitoso? ¿Has deseado tener éxito en los negocios?

Jesús alguna vez señaló al deseo humano de "ser exitoso en los negocios" de este sistema al que llamamos el mundo. En el evangelio según Mateo, en el capítulo 16 y verso 26, nos dice que: De nada sirve que una persona gane en este mundo todo lo que quiera, si al fin de cuentas pierde su vida. Y nadie puede dar nada para salvarla.

¿Cómo iniciar mi propio camino al éxito? Imagina que eres un adolescente. Una noche te vas a tu tienda a dormir. Dormido, experimentas un sueño que te sacude, es diferente. Los jóvenes hoy dirían: ¡De la nada, tuve unos sueños bien locos antes de despertarme hoy! Estás muy impresionado, fue algo perturbador e impresionante, fue hiperrealista y abrumador. Fue como una imagen en resolución 16K en pantalla curva y sonido envolvente… Pero, eso todavía no existía en los días de los patriarcas de Israel. 

Entonces, descubres que se trató de una revelación divina. Pero, no la entiendes. Todavía algo dormido, inmaduro y maravillado. Vas y se lo haces saber a todos en tu núcleo familiar íntimo, a tu lindo hogar. "En la protectora y segura intimidad de tu cariñoso hogar" (ironía incluida). Pero así, tampoco es mi familia. En esta familia existen profundas disfuncionalidades en desarrollo y un rencor multiplicado que crece a odio.

Ahora haremos un giro. Nos vamos hasta Mateo 16:16-17. Alerta de spoiler, aquí se manifiesta la revelación divina:

Simón Pedro le respondió: -Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente. Jesús le dijo: -Simón, hijo de Jonás, qué afortunado eres, porque no fue un ser humano el que te lo reveló, sino mi Padre que está en el cielo.

¡Qué enorme responsabilidad! La roca eterna, la piedra angular, siempre ha sido y será la revelación divina. Es Dios hablando a su pueblo. ¿Estás listo para lo que te viene? ¿Te has preparado correctamente para lo que está por venir?

¿Cómo definimos a la revelación del cielo? Se entiende por la revelación divina, al acto mediante el cual Dios se da a conocer (desvelar) al ser humano, comunicando verdades que serían inaccesibles solo por el simple razonamiento humano. Está disponible para los herederos del reino.

La revelación divina es el acceso sobrenatural al pensamiento de Dios que transforma la mente, fundamenta la fe, activa el poder del Reino y debe llevar a la acción práctica y la transformación de la comunidad de creyentes.

La revelación divina que reciben los creyentes debe traducirse en una vida transformada, caracterizada por la manifestación práctica del amor, el servicio, la unidad y la búsqueda activa de la voluntad de Dios en la tierra.

¿Recuerdas como inició todo este loco viaje sorpresa? Tu papá te mandó a ti solo para encontrar a tus hermanos. Tú llegaste a ellos, te tomaron prisionero para quitarte la vida y milagrosamente sobreviviste y los pudiste escuchar a cada uno explicar sus motivos.

Encuentro con el Dios del fondo del pozo.

Otro viaje, ahora será hasta Egipto, llevado a servir a Potifar y… Ahora que estás solo, en el fondo y ya no tienes tu increíble túnica de colores. ¿Qué cosas te dices a ti mismo, justo ahí, en el oscuro y frio fondo? ¿Estaré todavía en la zona del radar de Dios? ¿Será que Dios ya me jubiló y no me doy cuenta? Estar en el fondo es muy demandante para cualquier persona.

¿Qué haces en el fondo, cuando tu carácter entra al intenso fuego del crisol y experimentas esa fuerte presión?

¿Te sostienes de los valores eternos o te dejas arrastrar por el odio y por el rencor? ¿Buscas culpar a alguien por estos obstáculos?

Tu carácter se refina en partes ante la presión. Separa lo temporal de lo eterno.

Dios sigue en control y utiliza tu crisis. Aquel cuyo proceso dio como producto oro refinado en el crisol, aquel que emergió con un carácter fortalecido. Aquel que llegó con la capacidad de recibir sueños proféticos y desarrolló talento estratégico gerencial y un nuevo don de interpretación de sueños.

» El hombre le contestó: “¡Excelente! Eres un empleado bueno, y se puede confiar en ti. Ya que cuidaste bien lo poco que te di, ahora voy a encargarte cosas más importantes. Vamos a celebrarlo.” Mateo 25:23

José es tipo del mesías; uno que encierra dentro de sí mismo el misterio del cordero y del león. José es alguien que, a pesar de haber perdido muchas veces su túnica, símbolo de autoridad de forma temporal, atesoró la revelación divina y se aferró a su destino eterno hasta recibir una nueva túnica de lino fino y un anillo.

José siempre mantuvo su mentalidad de príncipe, no adoptó la imposición de ser un esclavo o sentirse una pobre víctima.

Actualmente, el éxito se suele asociar a ciertas características de la persona: Tienen claridad sobre sus objetivos, metas y aspiraciones y trabajan de manera constante para alcanzarlos.

En nuestra generación el éxito está en alcanzar una meta, lograr un propósito o conquistar un estado deseado. El verdadero éxito es un sentimiento interno de satisfacción y plenitud que proviene de vivir una vida alineada con tus propios valores, aspiraciones y propósitos, no con las expectativas de los demás.

El éxito, también se asocia con algunos riesgos: Es superficial. Genera presión. Ignora otras formas de éxito. Soledad emocional. Soledad de comprensión. Soledad de confianza.

Un adolescente en extremo, confiado e inmaduro.

José resultó ser una persona incómoda, era odiado y rechazado. No fue humilde para nada. José no supo leer correctamente las señales que lo rodearon, no vio a tiempo las banderas rojas que se levantaron en casa. Todo esto le enseñó como actúan las personas desde la herida de la envidia, desde el odio y el resentimiento.

La adversidad no invalida tu propósito. Acusado injustamente de intentar abusar de la esposa de Potifar. Más no vivió lleno de rencor, ni adoptó ser una víctima social del poder político, ni asumió la identidad ni la mentalidad de esclavo. José mantuvo su integridad incluso en circunstancias adversas. Se aferró a su destino y propósito: Ser un príncipe.

José se desarrolló dentro de una prisión, aunque inocente, fue acusado por un crimen que no cometió. Incluso fue olvidado por el copero real a quien ayudó. La prisión en Egipto fue como un gimnasio para potenciar la fe y otros dones más valioso; la revelación e interpretación de sueños proféticos. Se mantuvo diligente aun sin ver la recompensa.

Después de otros dos años de olvido, el copero real recordó a José. Todo cambió en una sola noche. ¿Te has preparado para ir a tu cita en el palacio real? ¿Has desarrollado tu don y tus talentos? ¿Superaste a tu propia versión de ayer? ¿Eres alguien mejor de lo que eras hace dos años?

En Egipto había muchas personas espirituales, José poseía una habilidad que nadie más en el reino tenía, la capacidad de escuchar la revelación de Dios y de interpretar sueños con precisión.

Mantener su mentalidad de príncipe heredero y su capacidad para sanar su corazón, perdonar y restaurar a la familia, salvar a toda la nación es el verdadero éxito de José. ¿Estás dispuesto a pagar el precio de tu proceso y ver el fruto de tu sacrificio?