Lot, el compañero de Abraham

¿Te imaginas conducir tu carro por un largo viaje marchando hacia adelante, pero, con todo tu rostro y la mitad de tu cuerpo mirando hacia la parte de atrás? Parece un disparate, un absurdo ¿Verdad? Imagina ahora, hacer tu viaje de la vida tratando de avanzar hacia el futuro, pero mirando siempre hacia al pasado. Creo que aquí tenemos un problema. ¿Cuánto apego le tenemos a los eventos del ayer?

La nostalgia, según el diccionario es la tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida. Proviene de una raíz griega que nos indica "dolor por no poder regresar". Es un regreso hacia momentos que consideramos felices en el pasado. Se trata del dolor que nos produce el hecho de no poder regresar y estar allá. Se relaciona con el síndrome de la mujer de Lot. La esposa de Lot, se convirtió en estatua de sal por la nostalgia de su pasado reciente en Sodoma y Gomorra. Jesús hace advertencia de esta trampa -nostalgia- en el evangelio de Lucas 17:31 Recuerden que, por mirar hacia atrás, la esposa de Lot se convirtió en estatua de sal. 

Te invito a meditar ¿Estás demasiado ligado -emocionalmente- al pasado? ¿Estás sentimentalmente atado a eventos en tu pasado lejano o reciente? ¿Los recuerdos te pesan tanto que no te permiten avanzar ágilmente hacia tu futuro?

Dios le dijo a Abram: Deja a tu pueblo y a tus familiares, y vete al lugar que te voy a mostrar. Génesis 12:1

El camino con el Señor. Lot לוט (Cubierta) es un familiar de Abraham (Padre de multitudes), es hijo del hermano menor de Abraham; Harán, quien murió en la ciudad de Ur (Iluminación). Se ha agregado como un familiar a la caravana que ha salido desde Ur hasta Canaán. Este viaje se compone de tres etapas: El viejo hombre que se rehúsa a morir, el hombre carnal y el hombre espiritual.  Lot, también acompañó antes a su abuelo Taréh (Holgazán) y a su tío en otro viaje desde Ur hasta Harán; los dos principales centros de adoración a la luna en su nación. Se trata de alguien que se ha mantenido junto a Abraham. Su tío -de 75 años- sí está absolutamente comprometido con su Dios y con su promesa. Lot, no se mantiene altamente comprometido con Dios y asume que quizá un día él será quien le herede toda su fortuna a su tío Abraham. Lot, está casado y fruto de su matrimonio tiene dos hijas. La familia de Lot viaja siempre con él a todos los lugares. Su principal sustento proviene de la ganadería menor, crían ovejas y cabras. Un día, hubo un pleito entre los pastores de Abram y los pastores de Lot, Génesis 13:7

Abraham interviene. Su tío le pide de forma tranquila a Lot que guarden suficiente distancia entre sus ganaderías y sus pastores por la buena temporada que experimentan. Se trata de un buen problema, que se llama crecimiento y exige reorganizar todo. Lot escogió reubicarse con su ganado y su tienda en una llanura verde cerca del Mar Muerto en la rivera del Río Jordán cerca de la ciudad de Sodoma, mientras su tío se dirigió en la dirección opuesta, a la llanura de Hebrón, en Canaán donde levantó un altar a Dios. La gente de ese lugar era muy mala y cometía muchos pecados contra Dios. Génesis 13:13

Las personas que se reunieron para habitar juntos en la ciudad de Sodoma eran (Rah) adversarios, se oponían, luchaban contra Dios. Se trata de la primera oportunidad en muchos años, en que Lot estará separado de su tío Abraham. Lot instala su tienda frente a la entrada de Sodoma ahí debe exponerse constantemente a la maldad y a la corrupción de sus vecinos. Debe esforzarse -a diario- por cuidar su corazón de la maldad y contaminación que le rodea. Además, debía guardar a su esposa y a sus dos hijas dentro de este ambiente espiritual tan desfavorable. ¿Cree Ud. que algo de la corrupción moral y espiritual de las personas de esa ciudad se haya colado en su corazón? ¿Será que por acostumbrar a caminar entre lobos, las personas aprendemos a aullar? ¿Observar la maldad a diario y negociar con malvados nos puede poner en situación de riesgo moral o espiritual? ¿Cuántas esporas de levadura se necesitan para contaminar a toda la masa? Los habitantes de esta ciudad tendían a alejarse de Dios y de sus dichos, cada día avanzaban más en su maldad. Además, Dios castigó a los que vivían en las ciudades de Sodoma y Gomorra: los quemó hasta dejarlos hechos cenizas, para que sirvieran de ejemplo de lo que les pasaría a los malvados. Pero a Lot no lo quemó, pues era un hombre bueno. Aunque Lot vivía en esas ciudades, todos los días sufría mucho al ver y oír las maldades que esa gente cometía.

2 Pedro 2: 6-8

Ahora Lot se ha separado -por fin- de su tío Abraham. Se instala con su tienda, familia y ganados en la exuberante llanura del río Jordán.

Dios le comparte -a solas- una promesa a Abraham; serás padre de hijos propios, adicionalmente tendrás una amplia descendencia que incluye muchos reyes. Entre las cosas que Dios está por hacer en breve, también le comparte que está a muy poco de castigar a los habitantes de unas ciudades que se esfuerzan en ofender a Dios y que han provocado muchas quejas ante Él. Abraham intercede como abogado por todos los habitantes de estas ciudades, cuando descubre que Lot está en alto riesgo de morir junto a su esposa, e hijas. 

Algo muy típico de una ciudad amurallada de esos días, es que poseen puertas que limitan su acceso y salida Desde estas puertas se observa todo lo que entra y sale, además ahí se reúnen los príncipes de la ciudad y hombres importantes; tomadores de decisiones comerciales, legales y judiciales. Para tener un sitio allí debes ser parte de los influyentes. Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo, y dijo: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Génesis 13: 1-2.

Está por caer la noche en el valle del Jordán. Lot les da una bienvenida digna de personas VIP a los dos mensajeros del cielo. Se humilla al saludarles, se ofrece a ser su sirviente mientras permanezcan en Sodoma, ofreció su casa y sus servicios de anfitrión para que pasaran la noche en su casa. Y agrega un consejo adicional a los viajeros; mañana temprano vuelvan al camino. Ellos le declaran su deseo de pasar la noche en la plaza pública para descansar, una costumbre de comunidades sanas. Allí tomarán asiento, esperaran a que un hospedaje público les llegue a ofrecer un lugar para dormir y pan. Pero, Lot les convenció de pasar la noche en su casa. Los varones de Sodoma se habían puesto de acuerdo, jovenes y viejos asediaron la casa de Lot, le exigieron con gritos que sacara a sus dos visitantes para violarlos sexualmente. Lot, estuvo dispuesto a sacrificar a sus hijas para salvar a sus visitas. Lo que no resultó, pues la multitud molesta se volvió violenta. Reclamaron a Lot, el no ser como ellos. Los mensajeros terminaron salvando a Lot el mediador y cegando a los varones de Sodoma. Le compartieron instrucciones precisas a Lot, trae a tus hijas y a sus novios, y familiares para escapar a toda prisa de este lugar que vamos a destruir.  Los novios incrédulos pensaron que Lot les hacía bromas y no le creyeron nada. La familia de Lot quedó sola sin influir ni salvar a nadie. Los mensajeros sacaron a los cuatro de la mano a toda prisa de la ciudad. En ese momento Dios hizo caer del cielo una lluvia de azufre encendido sobre Sodoma y Gomorra. Así fue como Dios acabó con las ciudades del valle y sus habitantes, y también destruyó toda la vegetación. Pero la esposa de Lot miró hacia atrás, y quedó convertida en estatua de sal. (v.24-26).

La nostalgia invadió sus corazones, los mensajeros hicieron un doble esfuerzo para sacar a la familia de Lot de Sodoma antes del amanecer. Las ligas emocionales entre la cultura de Sodoma y su esposa le pasaron factura. Fue mayor el apego sentimental que la fe en Dios. Se trataba de un momento de la verdad y no supo valorar la oportunidad de escapar. Es de suponer que Lot sufrió al saber que su esposa quedó allí inmóvil a la mitad del camino entre los ruidos y llamas de la destrucción que sacudía y resplandecía el dramático escenario a su alrededor. Las hijas de Lot escogieron vivir en una cueva antes que en un pueblo pequeño. La nostalgia de la ciudad vibrante les dominaba. En la cueva planean tener sus propios hijos y emborrachan a su padre Lot para acostarse con este, quien no supo lo sucedido por algún tiempo. Y llamaron a sus hijos Moab, padre de los moabitas y Ben-Ammí padre de los amonitas.

Las personas como Lot, son como satélites que rodean a los discípulos fieles; no están absolutamente comprometidos con su fe, viven -todavía- confiando "en lo que ven", son reactivos tardíos a los eventos, suelen siempre estar más cerca de la fuente de corrupción y del pecado que de la voluntad de Dios, no procuran ni buscan estar en sintonía directa con el plan de Dios, hacen negocios fáciles frecuentemente con personas corruptas, están dispuestos a formar alianzas y familia con los corruptos, no logran influir en la vida de otros para su salvación, aún su salvación es algo forzada cuando consiguen escapar del castigo del día de la ira de Dios. Sus descendientes no viven en la fe, viven según sus sentidos naturales y deseos.  Abraham confió en Dios, y por eso obedeció cuando Dios le ordenó que saliera de su tierra para ir al país que le daría, aun cuando no sabía hacia dónde iba. Abraham confió tanto en Dios que vivió como un extranjero en el país que Dios le había prometido. Vivió en tiendas de campaña, igual que Isaac y Jacob, a quienes Dios también les había prometido ese país. Abraham confiaba en que algún día vería la ciudad que Dios había planeado y construido sobre bases firmes. Abraham confió en Dios y, por eso, aunque su esposa Sara no podía tener hijos y él era ya muy viejo, Dios le dio fuerzas para tener un hijo. Y es que Abraham confió en que Dios cumpliría su promesa. Por eso Abraham, aun cuando ya iba a morir, pudo tener tantos descendientes como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la orilla del mar. ¡Nadie puede contarlos! Hebreos 11: 8-12

Por otra parte Abraham, está dispuesto a sacrificar a Isaac esperando que Dios lo va a resucitar de la muerte.

Abraham confió en Dios cuando Dios quiso probar si él lo obedecería o no. Por eso Abraham tomó a su hijo Isaac para ofrecerlo como sacrificio. No le importó que fuera su único hijo, ni que Dios le hubiera prometido que por medio de Isaac tendría muchos descendientes. Abraham sabía que Dios tiene poder para hacer que los muertos vuelvan a vivir. Esa confianza hizo que Abraham no tuviera que matar a su hijo; y fue como si Isaac hubiera vuelto a vivir. (V.17-19)