¿Cuál es el leitmotiv de tu agenda?

¿En qué dispositivo estás leyendo esta publicación ahora mismo? Esta respuesta la vamos a revisar más adelante. Antes, deseo compartirte sobre una palabra alemana que describe el motivo o la idea principal de una obra musical, o de una obra literaria: Leitmotiv. Se trata de algo que resulta ser recurrente o dominante en una composición musical, una obra literaria o bien, en una película de cine. Su origen obedece al verbo alemán leiten, guiar. Así como al sustantivo motiv, movimiento musical. Inicialmente surgió de la ópera en 1871, y Richard Wagner lo adoptó y aplicó en sus dramáticas obras. Como su origen es el idioma alemán, su fonación más exacta podría sonar leitmotif.

Richard Wagner

En el libro de Génesis se nos revela una sentencia en la que Dios le declara a la serpiente todavía en el huerto y después de haber engañado a Eva: »Haré que tú y la mujer, sean enemigas; pondré enemistad entre sus descendientes y los tuyos. Un hijo suyo te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón» Génesis 3:15

Dios nos anuncia que un Hijo vendrá en el futuro. Por algún tiempo Eva pensó que se trataría de uno de sus hijos, de la segunda generación de humanos, pero todavía no era el momento. Muchos años más adelante encontramos el texto de un poema que recuerda a un antiguo himno y que Juan nos revela de la siguiente manera:
Antes de que todo comenzara
ya existía aquel que es la Palabra.
La Palabra estaba con Dios,
y la Palabra era Dios.
Cuando Dios creó todas las cosas,
allí estaba la Palabra.
Todo fue creado por la Palabra,
y sin la Palabra nada se hizo.
De la Palabra nace la vida,
y la Palabra, que es la vida,
es también nuestra luz.
La luz alumbra en la oscuridad,
¡y nada puede destruirla! Juan 1: 1-5

En ambos textos encontramos expresiones que hacen referencia al leitmotiv de la Palabra revelada de Dios; en la Biblia. Se trata del tema central, la idea central y dominante de la revelación de Dios a los hombres: Jesús, (Yeshúa). 

Josué, el líder al que Dios llamó para guiar a los ex esclavos judíos en su entrada al territorio que su Señor les prometió, asumió un enorme reto y lo hizo saber a todos en su generación. Si no desean servir al SEÑOR, decidan hoy a quién servirán, ya sea a los dioses a los que sus antepasados servían al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra viven. Pero yo y mi familia serviremos al SEÑOR. Josué 24:15

El apóstol Pablo, fue un judío que creció en lo que hoy conocemos como Tarso, Turquía (Asia menor). Desde sus primeros años fue educado en la obediencia de la ley de Moisés bajo la enseñanza del afamado maestro Gamaliel. Después de experimentar un encuentro personal con Jesús -en el camino que desde Jerusalén conduce a Damasco- Pablo (שָׁאוּל = Sha'ul) visita a muchas comunidades de judíos convertidos y de paganos convertidos a Jesús alrededor del Mediterráneo valiéndose de las rutas comerciales del Imperio Romano, del cual es un ciudadano pleno, así logra visitar muchas comunidades. Pero no siempre pudo volver a visitarlos, ni conocer a muchas otras comunidades de cristianos a pesar de haberlo deseado y planeado. Así que se valió de la mejor tecnología disponible en esos días a su alcance: Enviar cartas con enseñanzas y mensajes para las congregaciones a través de mensajeros de su entera confianza. De esta manera logró redactar o dictar al menos 13 cartas, siendo la carta a los tesalonicenses su primer mensaje virtual a una comunidad. Hoy podemos leer estas cartas en el nuevo testamento de nuestras Biblias y recibir las enseñanzas, la motivación y la inspiración a través de cada una de estas. Dios inspiró a Pablo a compartir el mensaje liberador del reino de los cielos de manera asíncrona (no en directo), de forma virtual (no presencial). ¿Has sido enseñado por las cartas de Pablo? ¿No te parece increíble que 21 siglos después seamos bendecidos por estos inspirados mensajes? ¿Imagina por un momento no disponer de toda la sabiduría que hemos heredado de Pablo y sus cartas? Sería una enorme pérdida para todos hoy.

Actualmente, casi la mitad de la población del mundo acostumbra a utilizar un smartphone (teléfonos inteligentes conectados al internet) y los llevamos a todas partes. Es muy probable que en este mismo momento leas este post desde uno de éstos. A diario salimos de casa con su compañía y nos acompaña durante la comida, va a nuestras reuniones, nos entretiene mientras hacemos la espera, consultamos el GPS durante el viaje en el transporte, ordenamos compras en línea, visitas al banco, asistimos a sesiones de clases, etcétera. En 1992, se lanzó Simon el primer teléfono inteligente. El año anterior (2021) había 3 mil millones de estos dispositivos conectados a una red. Hoy sobre la tierra se estima que existen alrededor de 7 mil 400 millones de personas, éstas dejan un rastro digital cada vez que navegan por la INternet,  todo queda registrado en la nube de internet. Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Mateo 28:19

Nuestra huella digital se registra a cada momento

El Big Data, que resulta ser la colección de toda la información que se almacena en "la nube" de internet, contiene cada acción y visita hecha en internet. Además de todas nuestras -frecuentes y ocasionales- visitas y movimientos sobre la superficie de la tierra, es posible que sepan más de tus rutinas diarias y de tus hábitos que tú mismo, todo gracias a tu querido dispositivo móvil. Toda acción deja un registro digital y todo éste se almacena. Hace dos años se estimó el tamaño del Big Data en 40 billones de GB. Si hoy pudieras filtrar sólo tus datos del Big Data. Y le pides que busque tus actividades frecuentes, en cosa de segundos, tendrá un informe de todos tus hábitos, de la frecuencia de a dónde has ido, a qué hora has ido, cuánto tiempo permaneciste allí, además de todas las visitas a redes sociales y sitios webs como éste. Mostraría qué contenidos han recibido tu aprobación, y cuáles tu desaprobación, si lo compartiste o no, etc. El Big Data no tendría problemas en revelar cuál es el Leitmotiv de tu vida. ¿Será el reino de los cielos tu tema dominante? ¿Cuál crees que será tu leitmotiv? ¿Jesús aparecerá reflejado en éste?

Bienaventurado será aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciéndolo así. Mateo 24:46

Hace solo unos pocos meses atrás,  habían 4.20 mil millones de usuarios de redes sociales en todo el planeta. En un pequeño país como Honduras con 9.98 millones de habitantes cerca del 60% utiliza la red social FB. Cada vez que compartes un mensaje a través de esa red social puedes alcanzar a cerca del 30% de tus "amigos digitales" o seguidores. Cada testimonio de la efectividad del poder de Dios, cada vez que explicas como ahora has vencido la tristeza y vives con propósito y gozo, cada vez que escribes sobre cómo su amor te transformó es como cruzar la calle física y hablar con tus vecinos acerca de Jesús. ¿De qué tema hablas y compartes en tus redes sociales? ¿Es Jesús el leitmotiv de tus mensajes?

Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado. I corintios 2:2

En este instante toda esta multitud de personas conectadas a Internet cada día están buscando un mensaje que le dé sentido a sus vidas, ellos podrían perfectamente leer sobre cómo Dios puede hacer la diferencia en sus vidas. De cierta forma tienes el potencial de ser un misionero digital que comparte esperanza a un mundo sediento de buenas noticias. Por un minuto, imagina a una versión actualizada de Pablo el apóstol a los gentiles con todas estas herramientas a su alcance escribiendo a las congregaciones de creyentes en todo el mundo, grabando vídeos o podcasts para llegar a las ciudades que no le es posible visitar presencialmente. »Pero otras semillas cayeron en tierra buena y produjeron una cosecha muy buena. En algunos casos, las semillas sembradas produjeron espigas con cien semillas, otras produjeron espigas con sesenta semillas, y otras produjeron espigas con treinta semillas. Mateo 13:8-9

Red social de intercambio de mensajes, podcast, vídeos, documentos, etc.

¿Sabes con total certeza a cuantas personas has inspirado con tus cantos, con tus podcasts, con tus vídeos o tus publicaciones originadas en el corazón de nuestro Padre desde el cielo? ¿Sabes a cuántas personas podrías inspirar a descubrir la forma en la que Dios ha manifestado su poder en ti? Eres un privilegiado, eres sumamente bendecido, has nacido en la generación correcta con las herramientas idóneas para que tus mensajes publicados provoquen que otros glorifiquen el nombre de Dios. Tienes la oportunidad única de llevar la buena semilla a multitudes sin siquiera salir de tu habitación o de tu casa. Con el enorme potencial -para cada uno de estos mensajes- de llegar a convertirse en un contenido viral por toda la internet, alcanzando a personas de todas las naciones. Jesús les puso una comparación más: «Con el reino de Dios pasa lo mismo que con la harina. Cuando una mujer pone en ella un poquito de levadura, ese poquito hace crecer toda la masa.» Mateo 13:33

Algunas preguntas para meditar juntos y compartir:

¿Qué pensamientos dominan mi atención la mayor parte del día?

¿El trabajo en el reino de los cielos está presente en mi agenda diaria?

¿Mi testimonio le dijo a otros -hoy- cómo Dios puede intervenir en sus vidas?

¿Estoy dando motivos a los demás para que de sus labios brote alabanza a Dios?

¿He decidido ser un misionero digital para esta generación?