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Más allá de la semilla del sembrador

En los minutos que tenemos por delante te invito a escudriñar en una increíble porción del evangelio de Mateo que nos describe una de las más de 40 parábolas que Jesús compartió a través de los evangelios. En griego significa lanzar dos bolas juntas y a la vez.
¿Para qué me sirven la parábolas? Si tratamos de explicar a un "dibujo" de dos dimensiones como es vivir en otro mundo con tres dimensiones; como el de las estatuas. Encontraremos una barrera de comprensión muy grande pues en la mente y entorno del dibujo no habrá espacio para asociar la tercera dimensión con algo previamente conocido en su mundo. Pero si hacemos semejanzas con datos en dos dimensiones de lo que pasa en el mundo de tres dimensiones, el dibujo se podrá formar una idea más clara de como es vivir en ese otro escenario un poco distinto al suyo. Si quiero explicar las leyes del cielo a alguien que no ha estado allá ¿Qué hacer? Utilizas parábolas (Del griego que viene a significar lanzar dos bolas ligadas y al mismo tiempo).
Jesús habló con mashal para dos tipos de auditorios. Sus propios discípulos le preguntaron porqué enseñaba a la gente por medio de mashal, y el les respondió que la revelación de los misterios, era sólo para los discípulos, pero que para el público en general el mashal era la manera de enseñar. La Palabra de Dios incluye alrededor de 74 semejanzas, son narraciones cortas con un fuerte énfasis en una idea a destacar; en algunos casos resulta muy difícil saber con certeza si se trata de una historia real o solo una semejanza -(משעל) mashal- o ejemplo. En el capitulo 13 podemos leer:

1 Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. 2 Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. 3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. 4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. 5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; 6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. 8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno9 El que tiene oídos para oír, oiga.

Aunque pudiera parecer a primera vista que se trata de un mismo auditorio, y que éste posee un mismo nivel de interés, vemos que los tesoros del reino son revelados a unos, y solo mencionados con una envoltura de narración a la gran mayoría. Para muchos, la escenografía linda, los colores tan intensos, la escena tan cotidiana del campo, la semilla, el aroma de la tierra, en fin. Esos detalles nostálgicos bien valen el esfuerzo de oír al gran maestro enseñar de viva voz. Se demanda quedarse más tiempo junto a Jesús para recibir lo más valioso. La Palabra de Dios posee muchos tesoros ocultos, encriptados a simple vista para los lectores ocasionales y poco hambrientos de más. El reto aquí será quedarte más cerca de Jesús, y superar el actual estado de oyente para ser un "escuchador"; alguien que mezcla su voluntad completa, con su atención total y que inmediatamente sale con gozo a aplicarlo en su vida.

El escenario es realmente imponente, el recinto es abierto, una playa junto al lago, rodeados por campos de cultivo, una barca, un rabí, una enseñanza muy sencilla y fácil de recordar, con algo de viento y brisa, sentado sobre alguna piedra o en la arena, los rayos del sol sobre la piel, los campos de trigo mecidos por el viento como mareas. Es todo tan terrenal, tan de este mundo. Pero de pronto la calma del lugar se rompe, Jesús empieza a contar una narración relacionada con este fondo.
Como pasa con todos aquellos que leen esta porción de evangelio de Mateo, muy seguramente te has identificado con un tipo de terreno en particular. Uno que no está lleno de piedras, y que no está rodeado de cardos y espinas. Te has identificado con la tierra fértil, donde se hechas raíces profundas, plantas sanas, de fuertes troncos y hojas verdes, donde la preciosa semilla puede desarrollar plantas hermosas.
Te quiero a invitar a leer la porción anterior de nuevo, y ahora hagamos algo más, substituyamos donde dice terreno o tierra por la palabra "corazón". En el entendido que el corazón es el centro de nuestras emociones, sentimientos, voluntad y pensamientos.

Escucha, Israel: el SEÑOR nuestro Dios, el SEÑOR uno es. Y amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Deuteronomio 6:4-5

Si leemos transliterar del hebreo se lee: She-má Yisrael, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad. She-má se puede entender como escuchar con toda atención, guardar tu compromiso, o también el que tenga oídos para oír que obedezca. La pregunta obligada en este momento sería: ¿Estoy yo escuchando con todo mi ser el mensaje de Dios?
Cuando escuchamos una voz que nos indica una instrucción, una solicitud, una orden o un mandato suele haber una respuesta de nuestra parte en el fondo de nuestro corazón, ahí siempre hay una reacción. Esa reacción manifiesta o visibiliza nuestra actitud y nuestra disposición. Fíjate con detalle como reaccionas a alguien cuando te habla, detente un instante y observa tu propia actitud. ¿Cuál es tu reacción inmediata ante el She-má
Yo tuve problemas en otro tiempo con mi actitud hacia las calificaciones durante mi tiempo de estudiante en la secundaria un día "escuche" de un estudiante irregular que no había que darle tanta importancia a lograr la máxima calificación aún cuando tuvieras la capacidad de alcanzarla, obtener la calificación completa -decía- es de personas vanidosas. Y yo le presté toda mi atención, y fue un error a todas luces. Tu corazón solo debe estar afinado o sintonizado con una voz, y no ante cualquier voz. Es como conectar nuestros dispositivos a la red WiFi domestica de siempre, en lugar de conectarse a una WiFi pública llena de trampas para vulnerar tu seguridad y provocarte daños.

Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. 20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno. Mateo 13:19-23


Mientras Dios me está hablando ¿Qué revela mi reacción a la voz de Dios? Pues revela la condición actual y real de mi corazón. Yo puedo simplemente oír, captar una cantidad de información, coleccionarla por un breve tiempo, con absoluta neutralidad o con mala actitud y no recibir de ésta ninguna revelación y aplicación personal. También puede pasar que hago un gesto verosímil y creíble que "le estoy escuchando" con algo de atención y reacciono con mucha emoción y con gozo temporal, sin la intensión de obedecer ni un deseo real de aprender, y olvido todo unas pocas horas después. Pero también podría pasar que yo escucho, obedezco y actúo con máxima excelencia.
El corazón que se ha endurecido. La primera característica de un corazón duro, es que no conoce su estado, cree que todo está bien. Una cosa que destaca de un corazón duro es su respuesta negativa a la voz de Dios, a todo asunto relacionado con Dios. Siempre pone en pausa el perdón, posterga perdonar, y prefiere odiar o desarrollar raíces de amargura a poner el perdón en acción, reacciona rápidamente con juicios de menosprecio y descalificación dura ante aquel que sí está haciendo la voluntad de Dios. Desarrolla lastima hacía sí mismo(a), todas sus relaciones se basan en asumir la posición de víctima, siente pena y dolor por su pasado y por las desgracias de su vida. Siempre reacciona sacando a Dios de su vida y no desea obedecerle. Como si se tratara de una feria herida, no le permite a Dios sanar el dolor de su corazón. Existe una obstrucción voluntaria en su corazón que no le permite prosperar a su relación con Dios. Hechos 28:26-27 dice de este tipo de corazón:

Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis; 27 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyeron pesadamente, Y sus ojos han cerrado, Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los sane.
El corazón superficial. Es aquel simpatizante de Jesús en quien no existe compromiso alguno. Carece de raíces profundas en la Palabra de Dios, se congrega irregularmente, prefiere leer muchos libros cristianos donde se describe la revelación personal de alguien más, pero nunca acude a su Biblia para recibir y descubrir su propia revelación. Cree en un Jesús histórico, pero no tiene un salvador personal. Colecciona emociones y sentimientos, pero no retiene el mensaje. Vive bajo constante temor de la próxima gran crisis que viene, todo le produce preocupación. Su testimonio es desconocido, incognito y secreto. Posee una gigantesca colección de excusas diplomáticas. Es como una raqueta de tenis que rechaza al instante todo lo que tiene que ver con; esfuerzo, estudio y compromiso.

La tierra fértil produce frutos.

El corazón puro. En esta mashal Jesús nos destaca la importancia de alcanzar un corazón puro que logre producir frutos. Se trata de alguien que trabaja activamente en desarrollar su propio crecimiento y el de otros a su alrededor. Se ocupa en entregar buen fruto, abundante fruto, de manera constante. Jesús le otorga alta importancia a éste pues la única manera de conocerle mejor a él, y de potenciar el liderazgo en su vida.

Bienaventurados los de puro corazón, porque ellos verán a Dios. Mateo 5:8

Cuidar tu corazón es una tarea que merece ser prioridad, ser su portero, ser su guardan. Mantenerse subordinado a la voz de su Espíritu Santo, su ruaj. Lo que entra a tu corazón finalmente se manifestará en forma de acciones y en la forma en que estás viviendo tu vida. Si tu corazón mantiene un estado puro o no, afectará la calidad y la cantidad de tu fruto. La pureza del corazón no es algo natural dentro de nosotros.
Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno. Salmos 53:2

Jesús desea enseñarnos la virtud de la pureza del corazón, para que la descubramos y la sigamos. Este se convierte ahora en mi nuevo desafío y reto a asumir. Un día, que no está muy lejano, vamos a presentar los frutos de esta vida. Se nos va a evaluar según la tasa de retorno y de alguna manera se sabrá como se invirtió nuestra vida, será como un medidor de she-má, un medidor de frutos. Ahí la tierra fértil mostrará si su retorno fue de 30 a 1, de 60 a 1, o de 100 a 1. El reino de Dios nos va a demandar muchos frutos buenos. ¿Cuál es la aspiración de corazón, te conformas con entregar un 30 por 1, te sientes satisfecho con un 60 por 1, o deseas que el gozo llene el corazón de tu Señor con fruto de 100 por 1?
La calificación no la va a poner el aparato de medición de Dios, las vas a poner tú mismo. Eres tú mismo quien asegura la promoción, solo tú puedes llenar el corazón de tu Señor de gozo, solamente tú eres quien se garantiza su propio galardón. ¿En qué gastas o inviertes los recursos confiados a ti durante tu vida? El rey David lo aprendió y lo aplicó en su vida personal, no ignoró la parte de la responsabilidad que era suya.
Pero el rey respondió: —Te lo agradezco, pero tengo que comprártelo todo pagándote lo que vale, pues no presentaré al Señor mi Dios holocaustos que no me hayan costado nada. De esta manera David compró aquel lugar y los toros por cincuenta monedas de plata, 2 Samuel 24:24

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