Hoy podemos medir casi todo. En nuestro actual sistema de medidas contamos con unidades de mensura para medir todas las cosas. Distancias, presión atmosférica, voltios, tensión, amperios, pesos, etc. Así para medir la capacidad de retener de un recipiente o contenedor nos valemos de las medidas de capacidad, y la unidad más usada es el litro.
Por ejemplo; el cuerpo humano de un adulto posee una capacidad de entre 4.5 y 5 litros de sangre. Ahora bien, si quisiéramos medir nuestra galaxia, la Vía Láctea tiene un diámetro aproximado de cien mil años luz y alberga entre 200 mil millones y 400 mil millones de estrellas. Un rayo eléctrico; mide cerca de 5 kilómetros de longitud, un centímetro de ancho, entre mil y diez mil millones de jules de energía, doscientos mil amperios y cien millones de voltios.
Por ejemplo; el cuerpo humano de un adulto posee una capacidad de entre 4.5 y 5 litros de sangre. Ahora bien, si quisiéramos medir nuestra galaxia, la Vía Láctea tiene un diámetro aproximado de cien mil años luz y alberga entre 200 mil millones y 400 mil millones de estrellas. Un rayo eléctrico; mide cerca de 5 kilómetros de longitud, un centímetro de ancho, entre mil y diez mil millones de jules de energía, doscientos mil amperios y cien millones de voltios.
Si nos ponemos -un poco más ambiciosos- hasta el extremo, y nos hacemos la pregunta ¿Cuál es la capacidad de Dios? No es posible medir su capacidad, ni su poder, ni su amor, ni su conocimiento o sabiduría.
Los que recibimos
cada semana un mensaje dominical en las reuniones generales de los templos tenemos una medida. Y antes del próximo fin de semana ya
casi lo hemos olvidado por completo.
El reino del sur;
Israel o Judá. Tiene como rey a Josafat.
Los tres reyes han buscado fortalecerse a través de una alianza para
enfrentar a un enemigo común muy poderoso y grande de Moab.
Joram hijo de Acab comenzó a reinar en Samaria sobre Israel el año dieciocho de Josafat rey de Judá; y reinó doce años. E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, aunque no como su padre y su madre; porque quitó las estatuas de Baal que su padre había hecho. Pero se entregó a los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel, y no se apartó de ellos. " 2 Reyes 3:1-3
Josafat, es un
adorador. Es temeroso de Dios. Pero los otros dos reyes no eran muy fieles a Dios, eran tolerantes con los ídolos.
Entonces Mesa rey de Moab era propietario de ganados, y pagaba al rey de Israel cien mil corderos y cien mil carneros con sus vellones. Pero muerto Acab, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel. Salió entonces de Samaria el rey Joram, y pasó revista a todo Israel. Y fue y envió a decir a Josafat rey de Judá: El rey de Moab se ha rebelado contra mí: ¿irás tú conmigo a la guerra contra Moab? Y él respondió: Iré, porque yo soy como tú; mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como los tuyos. Y dijo: ¿Por qué camino iremos? Y él respondió: Por el camino del desierto de Edom. " 2 Reyes 3:4-8
Han caminado -los 3 ejércitos- por el desierto varios días, y la provisión de agua se ha terminado.
Sus bestias y hombres sufrían de sed. Josafat busca apoyo y dirección en el
profeta Eliseo.
Esta emergencia,
esta crisis, provocó que Josafat emprendiera un intenso tiempo de búsqueda del rostro de Dios y llevó también a los otros dos reyes a buscar a Dios.
Salieron, pues, el rey de Israel, el rey de Judá, y el rey de Edom; y como anduvieron rodeando por el desierto siete días de camino, les faltó agua para el ejército, y para las bestias que los seguían. Entonces el rey de Israel dijo: !!Ah! que ha llamado Jehová a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas. 2 Reyes 3:9-10
El reclamo de Eliseo
es por la visita y solicitud de personas sin ninguna relación. ¿Pueden regresar
a sus profetas locales? Vayan de regreso a sus falsos profetas y consulten con
ellos.
Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tengo yo contigo? Ve a los profetas de tu padre, y a los profetas de tu madre. Y el rey de Israel le respondió: No; porque Jehová ha reunido a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas. v.13
El rey Josafat lo
calma y solicita que no sea tan duro con ellos dos. Josafat puede hacer la
diferencia en esos tres reinos.
Eliseo pide que
traigan a un adorador, un músico, que empiece a construir la atmósfera de adoración. -Mas ahora traedme un tañedor. Y mientras el tañedor tocaba, la mano de Jehová vino sobre Eliseo, quien dijo: Así ha dicho Jehová: Haced en este valle muchos estanques. v.15-16
Vayan ahora mismo a construir
canales y estanques, Dios va a mandar mucha agua, y van a necesitar depósitos de gran capacidad donde guardarla. Sin importar
si sienten el viento fresco o no, no importa si llueve o no llueve. Este lugar
se va llenar de agua. Ahora podrán beber ustedes y sus bestias de carga.
¿Entiendes?
Construye -ahora mismo- bodegas para retener la bendición que está por llegar.
Abre cuentas en divisas, construye cisternas, ensancha tus cuerdas, amplia tu
tienda. ¿Estás muy cansado y con sed?
Ponte a construir canales en el desierto, cisternas más profundas, y más grandes. Cambia tu actual medida por una mayor.
Porque Jehová ha dicho así: No veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle será lleno de agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias y vuestros ganados. Y esto es cosa ligera en los ojos de Jehová; entregará también a los moabitas en vuestras manos V.18
Esto es poca cosa para el Señor. Incrementa la capacidad de recibir la
bendición que esperas. Más profundas, más fuertes, más largas, más
anchas, más hondas, más resistentes. Tus expectativas deben aumentar, deben escalar, deben cambiar su actual normativa de medidas, debes pasar de contar metros a contar años luz, porque tú Dios vive en otra escala y te va responder en grande.
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