Extravagante. Ser excesivamente original, diferente, que se aparta de lo común. Se trata de un adjetivo que califica el trabajo o la manera de obrar de alguien como extraño, desacostumbrado, excesivamente peculiar. Que se hace o dice fuera del orden acostumbrado o del común modo de obrar.
Antes de empezar a trabajar en el nuevo proyecto de la creación, todo era caos y desorden. La voluntad perfecta de Dios aplicada sobre alguien o en algo se suele describir como "bueno". Al finalizar el quinto día de la creación, Dios le puso una calificación al trabajo que se había hecho. Dijo que todo era bueno. Al finalizar la creación del hombre y la mujer - al completar el sexto día- volvió a decir que era bueno en gran manera, hoy se podría decir: Buenísimo.
Si usted ha sido prestador de servicios, reconoce que existen algunos clientes con estándares de lujo y opulencia más altos que los del promedio. Pero, no solo nos exigen más, también saben retribuir amplia y generosamente cuando se han sentido y sabido bien servidos.
-Pide que el Señor tu Dios te dé una señal,
ya sea en lo más profundo de la tierra o
en lo más alto del cielo.
Isaías 7:11.
Cuando hablamos de una persona extravagante, nos referimos a alguien que posee una normativa de trabajo, y de satisfacción con altos estándares de exigencia. Al ofrecer algo a esta persona, se sobre entiende que no podemos llegar a éste y compartir un satisfactor que no cumple o que sea diferente a sus altas exigencias. Posiblemente ésto nos demandará un muy alto nivel de esfuerzo, alguna pérdida personal, incluso dolor o sacrificio.
Si buscas expresar y hacer manifiesta tu gratitud, o tu alabanza o adoración, sabes que serás ampliamente exigido, lo que nos llevará a ser ampliamente generosos y desprendidos.
Gratitud, se trata de ser, mostrarse y sentirse agradecido. Es parte de nuestra adoración, pero no sinónimo de adoración.
Alabanza. Es reconocimiento público por ser o por haber hecho. Manifestar el aprecio o la admiración por alguien, poniendo de relieve sus cualidades o méritos.
Adoración. Reconocer los atributos que mi buen Dios posee. Por su esencia y por sus hechos. Del hebreo, se entiende por humillarse voluntariamente. Es postrarse. En griego, se entiende como besar. Reverenciar o rendir culto a un ser divino.
Veamos lo qué pasó en Juan 12:1. Ese día Jesús visita Betania (Beth anya "casa de frutos") lo que hoy sería un suburbio de Jerusalén, se queda hospedado en la casa de Lázaro; su amigo. Allí la hermana de Lázaro -Marta- organiza una comida especial para él y sus doce discípulos. Todos están profundamente agradecidos con Jesús. Cada uno de los tres hermanos se asegura de mostrar su admiración y agradecimiento de formas distintas.
Lázaro estaba sentado a la mesa junto a Jesús. Marta su hermana estaba atendiendo la cocina y las mesas. María, su otra hermana tomó una libra de nardo puro; es un perfume de muy alto precio, equivalente al salario de un año para una persona común. Todos en esta casa estaban muy agradecidas con Jesús, cada uno deseaba mostrar lo que había en su corazón. Hace poco tiempo atrás, Lázaro había muerto y tras varios días en un sepulcro, Jesús lo llamó y lo hizo volver desde la muerte a la vida. Una de ellas hizo algo dentro de las expectativas culturales de una familia judía, un banquete de agradecimiento, podemos asumir que la gastronomía es su área fuerte. La otra no, o quizá creyó que todavía no era suficiente con una gran comida. Los discípulos y los demás invitados asisten a una comida más, o talvez estaban interesados y curiosos por escuchar el testimonio de Lázaro. No poseen un agradecimiento especial, ni han experimentado ningún cambio en lo profundo de su corazón. En ese momento su corazón no había experimentado ningún motivo, o razón, algo tan grande que no se contiene en su interior.
La adoración es un acto de amor. En cierta forma el valor del regalo muestra el aprecio que nos une a una persona. Implica obediencia, compromiso, reconocimiento, demanda sacrificio.
María, fue atrevida y rompió todo protocolo para pasar hasta el lugar del maestro. Logró acceso total a Dios, como de una persona muy importante o VIP.
El amor la hizo ser una persona ampliamente generosa. El amor la hizo despojarse del orgullo. Es un amor basado en una profunda revelación y conocimiento de Dios. Adorar tiene un alto costo, tiene un precio para quien adora. El adorador no valora retener, valora entregar.
El amor la hizo ser una persona ampliamente generosa. El amor la hizo despojarse del orgullo. Es un amor basado en una profunda revelación y conocimiento de Dios. Adorar tiene un alto costo, tiene un precio para quien adora. El adorador no valora retener, valora entregar.
Los discípulos se enojaron y dijeron:
—¡Qué desperdicio! Ese perfume pudo haberse vendido, y con el dinero hubiéramos ayudado a muchos pobres.
Mateo 26:8-9.
Los que todavía no tienen revelación viven confundidos, actúan con molestia y enojo ante la ofrenda de una adoradora. Estimaron el precio del perfume derramado en los pies de Jesús y daba su precio para atender a muchos pobres. Otros lo valoraron como desperdicio innecesario, es demasiado perfume para Jesús, quizá pensaron: Jesús no lo vale. Ellos jamás fueron conscientes del acto de adoración frente a sus ojos.
La adoración conlleva dolor y un sacrificio. David pagó el precio justo por el terreno donde se había de construir el templo a Dios, no aceptó donativos.
Quizá los que solo observaban al adorador y no tomaron parte en su adoración, se molestaron a causa de su pobre revelación. Jesús les dio una orden. No la molesten. No sean estorbo a esta adoradora. Yo acepto esta muestra de adoración, este sacrificio será recordado y contado desde una generación a la siguiente generación. Su adoración impactó a Dios, y quedó documentado en el libro del cielo. La adoración resulta ser irresistible ante Dios, el adorador nunca pasará desapercibido en el cielo aunque los hombres nos vean con menosprecio. En esa casa de Betania, se vaciaron dos frascos de perfume; uno que llenó y abrumó a toda la casa, que molestó y confundió a todos aquí en la tierra y, otro más, uno que solo fue percibido por Jesús, uno que agradó, e impactó a todos en los cielos. Esa acción del mundo material, afectó directamente el mundo espiritual. Nuestra acción de adoración terrenal impacta directamente en el cielo. ¿Cuál frasco vas a romper hoy a los pies de Jesús? ¿Vas a rendir tus tesoros a los pies de Jesús?¿Te vas a romper completamente ante su presencia?
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