Reintegrar la familia a la comunión. |
"Cuando David se enteró de lo que había pasado, se puso muy enojado. Sin embargo, no castigó a Amnón, pues era su hijo mayor y lo quería mucho. Absalón, por su parte, dejó de hablarle a Amnón, pues lo odiaba por haber violado a su hermana." 2 Samuel 13:21-22.
En todas nuestras relaciones hay potenciales conflictos, las familias -los hermanos- también se exponen a tener relaciones complicadas. Las personas frecuentemente producimos daño y recibimos daño. Todos reproducimos daño a las relaciones aún sin desearlo. Así que, como usted puede ver no es posible que las relaciones sean perfectas todo el tiempo, será mejor que descubramos como reparar el daño potencial que todos alguna vez podríamos causar a alguien, o que alguien nos podría llegar a causar. Es sabio sanar la herida a la brevedad posible. La reconciliación es una necesidad en nuestras relaciones; verticales y horizontales. Todavía resulta ser más complejo hacer lo correcto para sanar las relaciones entre hermanos. Yo lo sé muy bien, crecí junto a varios hermanos.
Superar y sanar las grietas. |
El rey David dejó como herederos muchos hijos e hijas; ellos eran medios hermanos entre sí. Habían sido educados por sus madres y ellas poseían diversidad cultural y religiosa según las costumbres de los lugares donde habían nacido. Uno de los más complicados días para su familia empezó cuando uno de sus hijos atacó sexualmente a su media hermana, también hija de el rey David.
El enojo es algo completamente normal, pecar por estar enojado no es excusa. Absalón jamás confrontó (hablar frente a frente) al atacante Amnón, en ese espacio creció una raíz de amargura que produjo odio.
Raíz de amargura, crece lentamente hasta invadir todo el corazón. |
La amargura, es el sentimiento duradero de frustración, resentimiento o tristeza, especialmente por haber sufrido una desilusión o una injusticia.
"Pero Amnón no le hizo caso. Y como era más fuerte que ella, la forzó a tener relaciones sexuales con él. Sin embargo, cuando terminó la despreció más de lo que antes la había deseado. Entonces le gritó:
—¡Lárgate de aquí! Ella le suplicaba: —¡No, hermano mío, no me despidas así! Si lo que has hecho ya es malo, echarme de aquí será peor. Pero Amnón no le hizo caso. Al contrario, llamó a uno de sus sirvientes y le ordenó: «Saca de aquí a esta mujer, y luego cierra bien la puerta».
El sirviente echó de la casa a Tamar, y luego cerró la puerta. Tamar llevaba puesto un vestido largo y de colores, pues así se vestían las hijas de los reyes de Israel que todavía eran solteras. Pero al verse en la calle, se echó ceniza sobre la cabeza y rompió su vestido para demostrar su vergüenza. Luego se fue llorando y gritando por todo el camino, agarrándose la cabeza. Cuando Absalón lo supo, la tranquilizó y le dijo: «Hermanita, lo que Amnón ha hecho contigo es terrible. Pero no le guardes rencor, porque es tu hermano». Desde entonces Tamar se fue a vivir a la casa de su hermano Absalón, pero siempre prefería estar sola. 2 Samuel 13:14-20.
Absalón, su hermano sí cuidó de Tamar le protegió, pero no sanó sus heridas, ni se esforzó por sanar las propias. Sino todo lo contrario, desarrolló frustración y odio. David, evitó confrontar a su hijo por haber atacado y luego despreciar a su hija Tamar, evitó sanar a su hija, evitó hablar y actuar oportunamente. Guardar silencio, no tapa nada. Favorece únicamente la maldad. Potencia la violencia al siguiente nivel.
No confrontar alimentará el temor y el odio. |
Entendemos que de la misma manera que hay un cielo, también existe un lugar de castigo. Sabemos que hay justicia, castigo y misericordia. No podemos únicamente recibir la bondad, y no ver o aceptar el castigo y la justicia. El rey decidió no actuar, asumió un estado pasivo. David, tuvo la oportunidad para intervenir a tiempo, pero no la aprovechó.
David pensó quizá que los trapos sucios se deben lavar en casa, pero no lavó el error. La disciplina amorosa, la corrección en amor quedó sin ser activada.
Los hermanos también producen heridas, hay dolor y frustración cuando nuestros padres no intervienen oportunamente cuando hay hechos injustos en casa.
Allí Absalón les dijo a sus sirvientes: «Vigilen bien a Amnón, y cuando ya esté muy borracho y yo les diga que lo maten, mátenlo. No tengan miedo, que lo van a matar porque yo lo ordeno».2 Samuel 13:28.
La violencia llegó hasta la muerte de su hijo Amnón. Después de tres años, aún deseando intervenir -el Rey David- no actúo a tiempo.
Desarrollar relaciones sanas. |
"Pasaron dos años. Un día, Absalón invitó a todos los hijos del rey a Baal-hasor, cerca de Efraín. Allí había fiesta, porque era la época en que se cortaba la lana a las ovejas. Absalón mismo fue a invitar al rey, y le dijo: —Me gustaría que Su Majestad y la gente a su servicio vinieran a celebrar conmigo el corte de lana de mis ovejas."
David, en lugar de acercar y atraer a Absalón le prohíbe acercarse a su casa. Cerró su corazón a su hijo y provocó el odio. El corazón de Absalón y de David se resguardaron en prisiones de amargura. Sin ninguna conexión. Absalón, sigue sin entender la decisión de David. Está más confundido que antes.
Muchas veces elegimos encerrarnos dentro de nosotros mismos en cuevas de piedra para protegernos y no sentir nada, para no volver a sufrir dolor. En ese estado de indecisión Dios no puede tampoco trabajar y restaurar. Se enfría tanto el corazón, se hace tan duro, construimos tantos muros que terminamos separados también de Dios.
"Ya no los llamo sirvientes, porque un sirviente no sabe lo que hace su jefe. Los llamo amigos, porque les he contado todo lo que me enseñó mi Padre." Juan 15:15.
Jesús les da un mejor rango -upgrade- en su relación a todos sus discípulos del grupo de los doce, declara todos sus secretos, les mejora la calidad en su relación, les acerca y aproxima todavía más, la comunicación es indispensable para acercar y traer un estado superior de comunión a los miembros de la familia. Deja atrás la limitada comunicación, los muros, las cuevas, los bloques de hielo, las puertas cerradas, los audífonos -auriculares- dentro de la misma casa. Si todas las puertas de tu casa se mantienen cerradas cada quien terminará acudiendo a perfectos extraños para comunicarse y finalmente le daremos a éstos el acceso completo a nuestra la intimidad.
Las reglas sin relación producen rebelión. La rebelión produce muerte. Hablar, y oportunamente confrontar para hacer justicia no se debe posponer, no debe esperarse una hora más, un día más, un año más. No dejemos el terreno abierto para que se desarrollen raíces de amargura y de odio. Hoy mismo podemos perdonar, podemos limpiar nuestro corazón con el bálsamo sanador de Dios que abre la puerta a un nuevo tiempo.
Vamos a ver con detenimiento nuestra casa, nuestro hogar, el lugar donde crecimos. Revisemos el estado actual de esas relaciones con nuestros padres, con cada uno de nuestros hermanos, con nuestros hijos, con cada persona de nuestra casa. ¿Necesito sanar alguna relación? ¿He retenido el perdón?
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