Existe un lugar y un momento para dar un giro de 180 grados o bien para impulsar otro tramo de nuestra vida. Allí podemos sacrificar alabanza y adoración; allí manifestamos nuestra gratitud por lo que hemos recibido y por lo que vamos a recibir, hacemos manifiesto nuestra obediencia a nuestro Señor y Dios. Se trata de un tiempo y lugar para iniciar o renovar por decisión propia mi sometimiento a la voluntad de Dios, y a su Palabra; abandonamos el gobierno de nosotros mismos y lo cedemos a Dios. En ese lugar nos colocamos como la víctima del sacrificio, nos descubrimos y dejamos que su fuego nos consuma y queme. Allí quedan la cenizas de nuestros deseos más egoístas, de nuestros bajos instintos, esos sentimientos que dañan relaciones, esos viejos hábitos que nos esclavizan, todo lo quemamos, lo confesamos para que nada quede oculto.
¿Qué es un altar? Es el lugar para sacrificios construido en roca, tierra o bronce. La superficie natural de una roca, o un grupo de piedras podían servir de altar en la antigüedad. Según Éxodo 20:24–26, debían construirse de tierra amontonada o en forma de ladrillo (bloque), o de piedras no labradas.
Altar de piedras no labradas a mano. |
El vocablo denota un lugar alto en el que se hacen sacrificios, como en Génesis 8:20: «Y edificó Noé un altar a El Señor, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar». Más adelante el término se referirá a una mesa sobre la que se quema incienso: «Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de acacia lo harás» Éxodo 30.1
El
año 556 A. de C., Judá fue tomado cautivo por otra nación, fueron sacados de sus casas y llevados lejos de allí. Fueron a Babilonia para ser sirvientes en el Imperio por 70 largos años. Luego este imperio sería a su vez conquistado por el rey de Persia; Ciro el grande, quien decretará la libertad para los judíos y les concede su regreso a casa. Es la oportunidad para un nuevo comienzo. Si ellos así lo escogen pasaran de servir a otros hombres para servir a su Dios.
La
palabra de Dios se cumple ante cualquier pronóstico contrario. Los retornados
de Babilonia a Isarel "Aliyá", fueron llegando en cuatro tiempos a la tierra de sus padres. Han pasado ya 70
años y ahora mismo nos enfocamos en el tercer momento.
¡No hay nada más bello ni más agradable que ver a los hermanos vivir juntos y en armonía! Es tan agradable ver ésto como oler el buen perfume de los sacerdotes, perfume que corre de la cabeza a los pies. Es tan agradable como la lluvia del norte que cae en el monte Hermón y corre a Jerusalén, en el sur.
A quienes viven así, Dios los bendice con una larga vida. Salmo 133
Había una unidad, era una sociedad con una misma idea. Se trata de un valor eterno en el reino espiritual, pactar y estar de acuerdo. El salmista declara que bajo este tipo de unidad se desatan bendiciones y larga vida. Al romper la unidad desatamos lo opuesto; maldición y muerte.
Entonces el sacerdote Josué hijo de Josadac, y los demás sacerdotes comenzaron a construir el altar de Dios, junto con Zorobabel hijo de Salatiel y sus parientes. Hicieron esto para poder ofrecer allí ofrendas para el perdón de los pecados, de acuerdo con las instrucciones que Moisés había dado. Esdras 3:2
Se organizaron para iniciar un nuevo altar que permitiera presentar ofrendas agradables a Dios. Había un profundo deseo de adorar, de levantar con sus manos un altar y elevar ofrendas agradables.
Cada vez que Usted como parte de su nuevo linaje espiritual desee pasar la página y dejar atrás una vieja temporada, reune materiales y levanta un nuevo altar y asume su sacerdocio. Nadie puede substituir la adoración de alguien más, es un asunto estrictamente personal, cada uno somos un adorador, y tu adoración personal te hace llegar hasta el frente de su trono, es entonces que serás conocido -por entrar adorando- ante su presencia. Es un privilegio entrar y permanecer allí y abrir mi corazón tal cual éste es, sin maquillaje, sin tratar de impresionar, solo siendo quien yo soy y hacer manifiesto mi agradecimiento.
Después que Dios apareció a Abraham, prometió que le iba a heredar esta tierra a sus descendientes. Entonces levantó un nuevo altar y sacrificó a Dios. Luego fue al sur y en ese campamento hasta el Negueb y levantaba altares a su Dios. Recordó el pacto y la promesa que recibió y estableció altares para afirmar su pacto.
Al tomar tu lugar, y mi lugar y morir en la terrible cruz por nuestras faltas, la tierra, Jerusalén, el cerro de La Calavera se convirtieron en un altar de reconciliación para hombres y mujeres imperfectos. Jesús es el sacrificio perfecto y agradable a Dios para tender un nuevo puente entre tú y tu Padre del cielo.
Al tomar tu lugar, y mi lugar y morir en la terrible cruz por nuestras faltas, la tierra, Jerusalén, el cerro de La Calavera se convirtieron en un altar de reconciliación para hombres y mujeres imperfectos. Jesús es el sacrificio perfecto y agradable a Dios para tender un nuevo puente entre tú y tu Padre del cielo.
El altar -además- nos permite entregar a través de éste aquello que más amamos sobre esta tierra y que -con alguna frecuencia- nos desenfoca de nuestra adoración. Dios al ver su obediencia también proveyó de una víctima a Abraham para completar su sacrificio. Elías quemó las dudas y la deslealtad en un altar, Dios proveyó de fuego ante su deseo de mostrar su poder. Dios está en la mejor actitud de proveer lo necesario para completar tu altar. Hoy es buen día para empezar.
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