Jerusalén se ha quedado abandonada, odiada
y muy sola, pero yo haré que llegue a ser motivo de orgullo y alegría.
Isaías 60:15
El rechazo es el acto de negar o rehusar aceptar a una persona. Existe una especie de etiqueta o marca invisible que cargamos en nuestro corazón después que experimentamos algún tipo de rechazo al interior de algún grupo, de la pareja, la familia, u otro. La persona que ha sido victima de esta práctica suele levantar escudos, máscaras, muros y fortalezas a su alrededor para protegerse de ser nuevamente lastimado.
Ciudad en abandono. |
Algunas personas son rechazadas por distintos motivos en distintas etapas de su vida. En algunos lugares las bebés niñas no son siempre bienvenidas, cuando los hogares atraviesan problemas económicos la noticia de un nuevo bebé produce rechazo en el mismo vientre materno, en otras oportunidades los padres o uno de éstos manifiesta preferencia para un hijo y rechazo a otros. Otras veces el rechazo llega a través de accidentes o eventos traumáticos en nuestras relaciones de pareja, el noviazgo, el divorcio, o un problema en nuestra salud.
Un ejemplo muy conocido es Jacob; quien prefirió a Raquel y rechazó pasivamente a Lía. También mostró preferencia sobre su hijo José. También vemos que Rebeca -madre de Jacob- la esposa de Isaac prefería a su hijo Esaú, podemos observar que surgió un patrón entre las víctimas del rechazo y quienes lo reproducen. Al proceso de resistir, negar, o refutar mostrando falta de tolerancia manifiesta o silenciosa le llamamos rechazo. Todos hemos recibido alguna vez alguna forma de rechazo, y de igual manera todos hemos rechazado a otros. Es algo que surge frecuentemente en nuestras relaciones e interacciones con grupos. La "víctima del rechazo" suele sufrir no solo dolor a corto plazo, si no también de cambios en sus comportamientos. Muchos de estos cambios son para protegerse y evitar ser nuevamente afectadas lo que termina por afectar al resto de sus relaciones con vicios y ciclos interminables, pasará a desfigurar así su propia identidad y personalidad con tal de protegerse y así no volver a sufrir dolor. El rechazo, tiene que ver directamente con la identidad de las personas; su auto estima suele bajar, son solitarias, se vuelven agresivas, perfeccionistas, exigentes, y hasta agresivas. Este patrón de "víctima del rechazo" se va a convertir en una fortaleza espiritual; una que es contraria al diseño original de Dios. Al afectarse tu identidad ahora quedas parado en una difícil posición de vulnerabilidad ante el enemigo. En esta condición serás una presa muy fácil de atacar y destruir.
Isla solitaria |
Proceso del rechazo:
Aislamiento. Las personas lastimadas o dolidas se vuelven solitarias, se apartan del resto, se aíslan y caen en la trampa de sus sentimientos de dolor y abandono. Las relaciones con grupos que son más significativos nos producen mayor dolor y nos refugiamos en rincones solitarios. Las víctimas del rechazo usan frecuentemente palabras extremas como "nunca, jamás, o siempre".
Solitario y apartado del resto. |
Creación de sentimientos de abandono. Las personas que se sienten abandonadas no tienen un sistema de apoyo para contrarrestarlo, sino que se obligan a atravesar las situaciones difíciles por si mismas y a solas, creyendo que a nadie le importa su bienestar y que están solas luchando contra la adversidad.
Destrucción. La auto destrucción se da en personas que se aíslan y no tienen un sistema de apoyo -grupo de apoyo- que las refuercen y hagan sentir integradas y aceptadas.
Cargar con la etiqueta del rechazo. |
Desfiguramos nuestra propia personalidad para agradar a los demás.
Manipulamos a los demás a través de la lástima y nuestro dolor.
Rechazamos a los demás aún antes de que ellos nos rechacen sin ninguna razón.
Permanentemente experimentan dudas sobre si las demás personas las van a rechazar.
Sentimos una necesidad por ser aceptados y encajar con los demás y buscamos maneras para que las personas nos puedan tomar en cuenta y por ésto hacemos cosas inesperadas para llamar su atención.
No permiten ser corregidos o recibir direcciones de nadie más. Nos volvemos tan delicados ante la crítica, y nos sentimos tan sensibles que todo nos afecta; cada mirada, palabra o gesto nos lastima.
Somos necesitados de amor.
Sentimos que siempre debemos tener la razón.
La buena noticia para ti es que sí hay bálsamo para el sentimiento de rechazo. Hay sanidad, hay salud para mi corazón. Veamos estos pasos que nos van a ayudar a vencer a este espíritu de rechazo:
Pedir a Dios que me revele como me mira él, como me ven desde el cielo; pleno conocimiento de que soy hecho a su imagen y semejanza, debo tener claro que Dios me ama incondicionalmente. Buscar la verdad sobre mi persona en Dios. Cómo me diseñó y tejió Dios.
Conquista tus propios sentimientos de aislamiento y abandono.
Acepta en lo más profundo de tu corazón que eres la corona de la creación, eres una criatura única, Dios te ha hecho bajo un diseño y plan especial. Dios te acepta y recibe, sabe plenamente que Dios tiene bálsamo y vino para lavar y sanar tus heridas, Dios puede usar mi proceso de sanidad como elocuente testimonio que ayude a sanar y enseñar a otros que Dios todavía sana hoy.
Mi dignidad y valor está dado por el sacrificio de Jesús en la cruz. Soy reetiquetado como sumamente valioso por amor; como el hijo amado que fue perdonado al que se le renovó su justo valor y se le dio un anillo y vestido de autoridad, ahora soy digno de comer en la mesa del rey. Soy adoptado como hijo de Dios con todos los derechos. Nunca nadie había pagado un precio tan grande por alguien como yo.
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