Poner en orden las prioridades. |
Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá?
Yo, el Señor, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos, para dar a cada uno según sus caminos, según el fruto de sus obras. Jeremías 17:9-10
Nuestro corazón es lo que hay al interior de cada persona; es el centro de las emociones y sentimientos, así como nuestra parte racional o pensante. A través del análisis de datos o de información captada por los sentidos, o bien en la búsqueda de satisfacer sus apetitos o anhelos más básicos -el corazón- puede confundirse, y tomar malas decisiones, Dios a través de Jeremías le califica de tramposo y además nos aconseja que no es correcto fiarse de éste.
La mentira es una expresión que contradice a la verdad con la intención de ser creída, implica una falsedad, substituye a la verdad. El engaño, se usa para inducir a alguien a tener por cierto o verdadero algo que no lo es, viene a producir una ilusión. Mentir implica un engaño intencionado y consciente. Es una declaración realizada por alguien que cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes -lectores- le crean.
Para sustentar, promover o impulsar una trampa se utiliza el engaño. La trampa podrá ser física, una trampa mental, o una trampa emocional o toda una estrategia de trampas. Una de las cosas que usualmente llegamos a creer que tiene que ver con la forma en que organizamos las prioridades que guían a nuestra vida.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Juan 14:16
La trampa de las prioridades. Una creencia muy común está en como organizamos las prioridades que guían nuestros pasos cada día. Vamos a revisar nuevamente este orden.
Destino. El foco de nuestros objetivo de vida está en aquello que alcanzaremos.
Relaciones. La aceptación social, vivimos enfocados en como nos ven los demás y en lo que otros piensan de nosotros mismos.
Identidad. ¿Quién soy?
La prioridad por el Destino. La cultura y el sistema de empleo se enfocan en presionarnos en cuanto al destino que debemos tomar. Hay muchas personas que hoy mismo alcanzan su destino profesional o social -tristemente- sin saber quienes son ellos realmente.
La prioridad en las Relaciones. Vivimos más pendientes de lo que las demás personas piensan, lo que creen o como nos valoran. Sin darnos cuenta terminamos siendo la versión de lo que los demás desean, sacrificando nuestra identidad.
"Entonces los funcionarios y sátrapas buscaron un motivo para acusar a Daniel con respecto a los asuntos del reino; pero no pudieron encontrar ningún motivo de acusación ni evidencia alguna de corrupción, por cuanto él era fiel, y ninguna negligencia ni corrupción podía hallarse en él. Entonces estos hombres dijeron: No encontraremos ningún motivo de acusación contra este Daniel a menos que encontremos algo contra él en relación con la ley de su Dios." Daniel 6:4-5
La prioridad de la Identidad. Después de ser apartado y educado en la cultura y religión del país que los conquistó. Daniel, es víctima de espionaje y de una profunda auditoria para tener elementos para acusarle. Pero no encontraron nada en su carácter con que acusarle. Así que nuevamente buscaron si había fallas en la relación con su Dios.
Los epitafios y los obituarios no describen el carácter de una persona, sino las relaciones exitosas, dar un recuento del contexto, la trascendencia pública y el significado de la vida del recién fallecido. Hay muchos que son honestos por temor a las instituciones de la sociedad que le rodean, pero al salir se este ambiente restrictivo actúan deshonestamente obedeciendo a su vieja naturaleza pecaminosa. Su carácter es frágil y poco desarrollado, puede negociar su carácter y su identidad. Nos fallamos a nosotros mismos.
Las fallas del carácter terminan reventando en nuestras relaciones más íntimas y en nuestras relaciones laborales. Las prioridades deben organizarse en otro orden: Identidad, relaciones, y destino.
Podemos asumir nuestra identidad de acuerdo a la visión de Dios. Delante de nuestra Biblia podemos declarar que esta es la Palabra de Dios, yo soy lo que ésta dice que yo soy, yo tengo lo que ésta dice que tengo, yo puedo hacer lo que dice que puedo hacer, soy amado mucho más que lo que yo creí.
Escuche -alguna vez- algo que me impactó mucho. Dios sí tiene hijos favoritos, y a cada uno de nosotros nos recibe y trata como tal, ahora por las mañanas podemos vernos al espejo y reconocer a un hijo de Dios disfrutando de oportunidades y misericordias nuevas.
"Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclaméis las obras maravillosas de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. Antes ni siquiera erais pueblo, pero ahora sois pueblo de Dios; antes no habíais recibido misericordia, pero ahora ya la habéis recibido." I Pedro 2:9-10
"Cuando estuvo cerca de la cueva, se puso muy triste y gritó: —¡Daniel, tú siempre has adorado al Dios de la vida! ¿Pudo tu Dios salvarte de los leones? Y Daniel le contestó: —¡Deseo que Su Majestad viva muchos años! Mi Dios envió a su ángel para cerrarles la boca a los leones, para que no me hicieran daño. Mi Dios sabía que yo no he hecho nada malo, y que tampoco he traicionado a Su Majestad.
Al oír esto, el rey se puso muy contento y mandó que sacaran de la cueva a Daniel. Una vez que lo sacaron, todos pudieron ver que los leones no le habían hecho ningún daño, porque él había confiado en su Dios." Daniel 6:20-23
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