Espíritu renovado en recipientes de piedra

Vamos a imaginar por un momento que somos un gran contenedor de una pieza, tallado en piedra. Durante mucho tiempo hemos guardado agua para un primer evento especial de purificación, el evento ha terminado y ahora estamos limpios.
En otro lugar de esta casa hay otros recipientes con vino. El vino es símbolo de alegría y gozo, de medicina, y de alimento.

El siguiente evento por fin ha iniciado, y en la medida que la vida matrimonial se desarrolla el consumo de vino hace que el contenedor -Ud. y yo- se vaya vaciando poco a poco, cada minuto hay menos vino, y de pronto resulta que nos quedamos secos y vacíos, ya no hay más vino para continuar con el resto del evento. Pero, el evento debe continuar y para ésto necesitamos volvernos a llenar de vino nuevo.
En el evangelio de San Juan 2: 1-12 se nos cuenta una historia relacionada directamente con la presencia de Dios en nuestra relación matrimonial. Responde a la pregunta sobre cómo provocar que Dios haga maravillas en nuestra relación de matrimonio, también nos cuenta sobre lo sabio que resulta invitar a Jesús para que esté presente en nuestro matrimonio, que nuestro matrimonio esté bajo la cobertura espiritual de Dios, y contar con el acompañamiento de su Iglesia, el valor e importancia de las manifestaciones poderosas de sanidad y milagros para potenciar la confianza de los discípulos en su maestro, y sobre cómo -aun un endurecido corazón- puede llenarse de la plenitud del Espíritu de Dios. Veamos como dice la Escritura:

1 Tres días después (Después de que Jesús se reveló a Felipe y a Juan el bautista) María, la madre de Jesús, fue a una boda en un pueblo llamado Caná, en la región de Galilea. (Era un matrimonio típico entre un hombre y una mujer, apegado a las costumbres judías y a sus tradiciones.)
2 Jesús y sus discípulos también habían sido invitados. (La iglesia y su Señor; la novia y el Esposo están presentes en una boda. No pierda de vista que Jesús se queda donde se le invita y es bien recibido.)

3 Durante la fiesta de bodas se acabó el vino. (Después de algún tiempo de matrimonio se fue el Espíritu de Dios de sus vidas, ¿hace cuanto tiempo Dios no está presente en tu relación? La presencia de Dios no era plena en medio de su propio pueblo. Este era un matrimonio sin el gozo de Dios. La felicidad y la dicha ya no estaban presentes. Alguien dio la alarma, fue María) Entonces María le dijo a Jesús:

    -Ya no tienen vino.

   4 Jesús le respondió:

    -Madre, ese no es asunto nuestro. Aún no ha llegado el momento de que yo muestre quién soy. (Jesús le respondió: -No es nuestra boda. Jesús va a tener su propia boda, una que unirá a Jesús con su Iglesia, éste será un evento posterior. Su nuevo vino -uno que no esta fermentado- superará en mucho al actual, el viejo vino amargo. Lo mejor para nuestra vida todavía está por venir.)

5 Entonces María les dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que Jesús les diga".(¿Ud. Quiere ver a Dios obrando milagros en su relación de matrimonio? Solo obedezca y haga TODO lo que él le pida. Jesús tiene “el orden correcto” necesario que necesitan su familia y matrimonio, siga sus instrucciones.)

6 Allí había seis grandes tinajas para agua (Hoy equivale a 100 litros aproximadamente en cada tinaja de piedra, éstas son realmente grandes. Una vez que completemos nuestra propia purificación, nos llenará de su vino nuevo pues no se llena un recipiente sucio) de las que usan los judíos en sus ceremonias religiosas. En cada tinaja cabían unos cien litros.
7 Jesús les dijo a los sirvientes: "Llenen de agua esas tinajas". (La orden fue: -Busquen suficiente agua. Casi 600 litros de agua. Recibamos la Palabra de Dios completa y no adulterada para que limpie nuestras vidas y dé la dirección correcta a nuestro matrimonio, de aquí saldrá el milagro que necesitamos hoy. La Palabra de Dios hará el cambio y será notorio, hasta los expertos y más sabios podrán verificar que hay un cambio, una mejora notable a la excelencia en nuestro hogar.) Los sirvientes llenaron las tinajas hasta el borde. (Aquí vemos un buen ejemplo de cómo provocar el milagro deseado en nuestra vida; hacer todo tal cual como Jesús nos dice.)
8 Luego Jesús les dijo: "Ahora, saquen un poco y llévenselo al encargado de la fiesta (Jesús, no ignora ni rechaza a la autoridad delegada, al contrario la respalda, respeta y se somete), para que lo pruebe".

Así lo hicieron. 9 El encargado de la fiesta probó el agua que había sido convertida en vino, y se sorprendió, porque no sabía de dónde había salido ese vino. Pero los sirvientes sí lo sabían. (Los expertos serán sorprendidos cuando vean el resultado de contar con “instrumentos limpios” y llenos del mejor vino, pero NO entenderán el cómo, ni de dónde. El conocer el origen está reservado para quienes son humildes y obedientes, éstos sí saben quien es el que hace los milagros transformadores, pues a los pobres y viles les es confiado conocer los secretos del Reino de Dios. Él puede poner vino nuevo en nuestras viejas estructuras, antiguos moldes en nuestro desgastado matrimonio puede llenarse de nuevo vino.)

En seguida el encargado de la fiesta llamó al novio 10 y le dijo: "Siempre se sirve primero el mejor vino, y cuando ya los invitados han bebido bastante, se sirve el vino corriente. Tú, en cambio, has dejado el mejor vino para el final". (Ese viejo vino que hemos guardado en nuestras vidas saldrá y en su lugar nos llenaremos de uno mejorado y superior. Dios está dispuesto a darnos cosas mejores, tiempos mejores, un matrimonio que supera al que habíamos tenido.)

11 Jesús hizo esta primera señal en Caná de Galilea. Así empezó a mostrar el gran poder que tenía, y sus discípulos creyeron en él.

12 Después de esto, Jesús fue con su madre, sus hermanos y sus discípulos al pueblo de Cafarnaúm, y allí se quedaron unos días.

(En la próxima boda no serán necesarios instrumentos de limpieza, pues la Palabra nos habrá limpiado y el Espíritu de Dios nos habrá llenado, y esas son las únicas demandas para estar presentes en sus bodas; la boda de Cristo y la Iglesia. Este evento será todavía mejor.)

Jesús toma el control y el gobierno de mi matrimonio, yo te autorizo en este mismo instante, para que entres hasta el fondo de mi vida sedienta y endurecida, haz el milagro que mi hogar necesita, que tu presencia sea plena desde ahora en adelante en mi hogar, cambia mi corazón de piedra por uno sensible a tu Espíritu y a tu Palabra. Que tu poder se manifieste en mi matrimonio y de allí a las demás áreas de mi vida. Que así se haga en mi vida, Padre te lo agradezco en el nombre de Jesús.