Jesús regresaba del templo
de Jerusalén con sus discípulos, allá hubo milagros y sanidades, además enseñó
en público que él es enviado por Dios su Padre a su pueblo para sanarles de sus
enfermedades y perdonar sus desaciertos. Veamos qué podemos aprender hoy de la porción bíblica de San Juan 6:1-15:
1 Después
de esto, Jesús fue al otro lado del Lago de Galilea, también conocido como Lago
de Tiberias. Los
milagros, maravillas, sanidades divinas, y que acompañan su ministerio público
atraen a todo tipo de personas entre el pueblo de Dios que busca señales para
creer. 2 Muchos lo
seguían, pues habían visto los milagros que él hacía, sanando a los enfermos.3-4 Se
acercaba la fiesta de los judíos llamada la Pascua , y Jesús fue a un cerro con sus
discípulos, y se sentó. Igual que ahora,
la preparación de esta fiesta está rodeada de grandes multitudes de personas
comprando, vendiendo, caminando por las calles, mucho alboroto. Parecido al
ambiente previo a la
Navidad en nuestras ciudades. 5
Cuando Jesús vio que mucha gente venía hacia él, le
preguntó a Felipe: -¿Dónde podemos
comprar comida para tanta gente? Podríamos pensar que Felipe se puso de pie, estiró su
brazo y con su dedo empezó a contar rápidamente, a todos los hombres, sus
esposas, sus hijos, sus siervos (se trata de familias del campo; suelen ser numerosas) y comenzó a
calcular cuánto se necesita para darle una porción completa de comida a cada
persona, (probablemente unas 25 mil personas) luego se puso a multiplicar el
precio de cada ración de pan y después de estimar cuánto dinero se necesitaba
le contestó a Jesús un NÚMERO, pero nunca le dijo quién podría proveer la
cantidad de comida que era necesaria, en otras palabras NO le contestó. El
problema real era obtener alimento en medio de la nada, a la mitad del desierto, pues aun con dinero no podrían comer. Cuando no hay nadie que venda poca cosa es el dinero, allí lo que se hace necesario es un milagro. 6 Jesús ya sabía lo que
iba a hacer, pero preguntó esto para ver qué decía su discípulo.7 Y Felipe respondió: -Ni trabajando doscientos días
ganaría uno el suficiente dinero para dar un poco de pan a tanta gente. Denarios: Moneda romana de plata de 3.89 gramos , del cual
deriva nuestro actual término DINERO representaba por lo general el salario
diario de un trabajador, casi 4
gramos de plata. 200 denarios son 780 gramos de plata. 8 Andrés, que era
hermano de Simón Pedro, y que también era discípulo, le dijo a Jesús: 9 -Aquí hay un
muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados. Pero eso no alcanzará
para repartirlo entre todos. Andrés -muy atento- escuchó la voz de Jesús y se
puso a trabajar, bajó al valle de la multitud hambrienta y buscó entre las personas si había algo de comida,
encontró a un muchacho que traía unas pocas piezas de comida, lo invitó a
llevar su pobreza ante la presencia de Jesús, lo acompañó y subieron juntos
hasta Jesús, lo puso en medio de los discípulos, todo esto mientras Felipe
hacia cálculos confiando en su inteligencia y su capacidad intelectual. No eran
panes de trigo; no eran de primera clase, no eran unos peces grandes y hermosos eran
pequeños; Jesús no está buscando entre nosotros riquezas que podamos darle,
busca nuestra pobreza y ruina acompañada de FE para cambiarla en riqueza y
abundancia. Presentemonos humildes a Dios nuestra posesión y él hará el milagro transformador en
nosotros. 10 Jesús les dijo a sus discípulos que sentaran a la gente.
Había allí unos cinco mil hombres, y todos se sentaron sobre la hierba. Antes de Jesús,
la única opción para las multitudes era permanecer hambrientos, era comer
pobremente, sin opción para crecer espiritualmente. Antes de Jesús no teníamos
opción de Salvación, solo la pobreza que hay en la religión. 11 Jesús,
entonces, tomó los panes en sus manos y oró dando gracias a Dios. Jesús presenta
nuestra ruina y miseria ante el Padre para que él la bendiga y la transforme. Después, los
repartió entre toda la gente, e hizo lo mismo con los pescados. Los encargados
de repartir entre las multitudes la salvación, el alimento espiritual, el Pan
de Vida somos Ud. y yo; sus discípulos. Todos comieron cuanto quisieron. Jesús nos da
suficiente alimento espiritual a cada uno hasta satisfacer al más necesitado y
hambriento, la medida de Dios para dar es hasta quedar saciados, plenamente satisfechos. 12 Una vez que todos comieron y quedaron satisfechos, Jesús
les dijo a sus discípulos: "Recojan lo que sobró, para que no se
desperdicie nada". Pero su Salvación no debe quedar tirada por allí para que
no sea menospreciada y verla como algo común y de todos los días, la
estimaríamos sin valor al sentirnos saciados, a pesar de ser abundante sigue
siendo una Salvación cara y valiosa. 13 Ellos
obedecieron, y con lo que sobró llenaron doce canastos. Aquellos que
se disponen enteramente a servir a Jesús no regresan a él con las manos vacías,
las traen llenas de mucho fruto. Ud. y yo somos el canal de Dios para llevar
Salvación para las multitudes hambrientas del Pan de Vida, que espera reparta
con liberalidad ya Jesús hizo el milagro, el hizo lo que para nosotros era
imposible.14 Cuando todos vieron este milagro, dijeron: "De
veras este es el profeta que tenía que venir al mundo". Si Ud. hace su
trabajo como siervo de Jesús, las multitudes recibirán y podrán entonces alabar
a Dios y darán gracias al Padre por su hijo Jesús 15 Jesús se dio
cuenta de que la gente quería llevárselo a la fuerza para hacerlo su rey. Por
eso se fue a lo alto del cerro para estar solo.
Jesús regresó a su trono al lado
de su Padre -allí está ahora mismo- el tiempo de su venida no depende ni de Ud. ni de mí, ni depende
del mismo Jesús depende de la orden del Padre, entonces le conoceremos como el Rey de Reyes. Mientras él regresa a recoger a su Iglesia sigamos haciendo
nuestro trabajo.
Ayúdanos a compartir tu Palabra con liberalidad, haznos
salir de la comodidad de la colina y bajar al valle de las multitudes necesitadas para
saciar su hambre con tu pan espiritual. Usanos
como extensión de tus manos y de tus pies para caminar hasta el hambriento y al necesitado y ofrecer tu Salvación. Así se haga en mi vida.
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