Como la mayoría sabe, un agricultor o un campesino es alguien que trabaja la tierra, que selecciona las semillas, encuentra la semilla que esté sana para obtener a cambio plantas sanas que produzcan frutos sanos, se trata de establecer el reino de Dios. La otra parte de este escenario la representa nuestra respuesta al mensaje del Reino de Dios; el terreno, la calidad de la tierra. El terreno es el corazón, el interior de cada uno. Después de escuchar estas palabras de Jesús cualquier persona se identifica a sí misma -y casi inmediatamente- con la buena tierra, y normalmente asume que no será tierra estéril o víctima de la rutina diaria y de sus afanes. En esta oportunidad le invito a mirar con otros ojos esta parábola y descubrir a través del fruto si nuestra vida es la mejor tierra en la que Dios puede sembrar sus maravillosas promesas. Busquemos en nuestra Biblia y leamos las buenas noticias según San Lucas, en el capitulo 8, iniciando a leer desde el verso 4 y en adelante.
"Mucha gente había venido de distintos pueblos
para ver a Jesús. Él les puso este ejemplo: "Un agricultor salió a sembrar trigo. Mientras sembraba, unas semillas
cayeron en el camino. La gente que pasaba por allí las pisoteaba, y los pájaros
se las comían. Otras semillas cayeron en un lugar donde
había muchas piedras. Las plantas nacieron, pero pronto se secaron porque no
tenían agua. Otras
semillas cayeron entre espinos. Las plantas brotaron, pero los espinos las
ahogaron y no las dejaron crecer. El resto de las semillas
cayó en buena tierra. Las plantas nacieron, crecieron y produjeron espigas que
tenían hasta cien semillas".
Después, Jesús dijo con voz muy
fuerte: "¡Si ustedes en verdad tienen oídos, pongan mucha atención!"
Luego, los discípulos
le preguntaron: -¿Qué significa ese ejemplo
que contaste? (Usted puede acercarse a Dios y preguntarle que le explique todo aquello que hoy Ud. no entiende ¿Y sabe qué pasará? Los secretos del Reino de los Cielos son para que usted los conozca, la mayoría de personas solo verán y oirán una sencilla historia, usted verá la realidad espiritual que se guarda atrás de la historia)
Jesús les respondió: -A ustedes les he explicado los
secretos acerca del reino de Dios. Pero a los demás sólo les enseño por medio
de ejemplos. Así, aunque miren, no verán, y aunque oigan, no entenderán.
"El ejemplo
significa lo siguiente: Las semillas representan el mensaje del reino de Dios. Las que cayeron en el
camino representan a los que oyen el mensaje; pero cuando viene el diablo -el engañador y su sistema de valores- los
hace olvidar las promesas del mensaje, para que ya no crean y no reciban la salvación y la gracia que
Dios les ofrece. (La rutina diaria puede envolvernos de pronto, cuando nuestra agenda es gobernada por lo urgente sin atender lo importante; hombres y mujeres que
después de escuchar la Palabra de Dios se rodean de personas sin fe en Dios -pájaros- que se dedican a ahogar la fe propia y de otros con argumentos terrenales, usando la estrategia del error, y las dudas. Nos podemos convertir en personas que aunque conocen que Dios es
bueno para sus vidas siguen dependiendo de ellos mismos. El “camino” es
símbolo de nuestra vida sin profundidad siempre “ligth” siempre
viviendo sin tomar partido y compromiso por nadie, sin asumir compromisos con Dios, solo dependiendo de la
situación de la temporada, dependiendo de las circunstancias.) El filosofo polaco Zygmunt Baumanlo llamaría después a los que no guardan compromisos una generación líquida, aquella que se acomoda a todo lo que su entorno social proponga. El camino está a las orillas de las parcelas sembradas, por allí caminan muchos obreros, bestias de carga y el terreno se hace duro y seco.
Las semillas que
cayeron entre piedras representan a los que reciben el mensaje con alegría y gozo;
pero, como no lo entienden muy bien, cuando tienen problemas pronto dejan de
confiar en Dios. (En general la gran mayoría de
las personas reciben con alegría la Palabra de Dios, a todos nos gusta oírla, disfrutan
que les expliquen sus historias, amamos sus promesas de salud, las de prosperidad, las de bienestar pero, no siempre hay arrepentimiento, no damos pasos de fe, no estamos dispuestos a obedecer humildemente al llamado
de Dios, no logramos ver en nuestras vidas el propósito -plan- de Dios. La Palabra de Dios pareciera
ser solo "un tranquilizante" para nuestras ansiedades y temores.)
Las semillas que cayeron entre espinos -que crecen mucho más rápido- representan a los
que oyen el mensaje, pero no dejan que el mensaje cambie sus vidas, pues viven
preocupados por tener más dinero, retribución inmediata y por divertirse. (Al volver a aparecer aquellos viejos problemas pendientes de
solución, al sufrir dolor, al experimentar la escasez, entonces nuestra débil fe se rompe y dejamos a Dios a un lado y volvemos a nuestro estilo de vida pecaminoso y
lleno de placer, sus argumentos, las dudas pesan demasiado y no hay disposición para buscar respuesta en Dios. A veces somos deslumbrados por el éxito profesional, los premios, el deseo desmedido por la
riqueza y el poder o los negocios, en el orden de prioridades bajamos a Dios del trono y Él deja de ser la prioridad para pasar al último.) Cuando nuestro corazón es distraído por preocupaciones, riquezas inciertas, prosperidad material, placeres ilimitados, etcétera.
Las semillas que cayeron en buena tierra representan a los
que oyen el mensaje de Dios y lo aceptan con una actitud obediente y sincera.
Estos últimos se mantienen firmes y sus acciones son buenas. (Somos hombres y mujeres que le hemos permitido a Dios que nos transforme a lo largo de todo el proceso, no solo en el inicio o por un corto momento.
Que no solo oímos la Palabra, vamos más allá y la recibimos, la meditamos a diario, la adoptamos como guía de nuestras vidas, la hemos convertido en sujeto de estudio. Hemos dispuesto una
actitud dócil ante Dios, se hace visible en la tierra y en el cielo que existe un cambio de forma, nos dejamos enseñar y reconocemos que necesitamos un Maestro,
un Señor y un Dios que sea nuestro amigo en el camino de la vida. El reto individual está
en transformar nuestra propia vida en buena tierra y dar buenos frutos.) Se trata de entregar 100 granos por cada espiga.
La vida es como un viaje, al lado del camino habrá de todo, la vida está llena de muchos y variados distractores de todo tipo; razonables y no razonables, justos o poco justos, predecibles y sorpresivos. A veces en tramos de este viaje experimentamos dolor, frustración, falta de deseos y juntos o por separado pueden lograr que nuestros ojos dejen de observar lo que Dios ha planeado y ha organizado para completar su plan en nuestra vida. Mantengamos la atención de nuestros ojos en la persona de Jesús durante todo este viaje, sin dejar que se nos distraiga.
Ahora le invito para que demos un giro y por un momento coloquemos nuestra completa atención en aquel que se encarga de colocar las semillas en el terreno correcto; el agricultor. La
siembra de la semilla, exige a cada agricultor -Usted y yo- ser estratégicos y sagaces para
reconocer y encontrar tierra fértil. Muchos siervos sembradores han invertido una gran cantidad de tiempo y recursos trabajando en tierra
llena de pedregales, esperando ser quien logre sacarle frutos a este tipo
de terreno y ser así un hombre más sabio que Dios mismo. Ese tipo de terreno es exactamente el trabajo que
gasta y debilita al liderazgo de la comunidad de fe, cuando al no distinguir y escoger la tierra fértil que podrá dar buen fruto, invierten los recursos del reino de Dios en el lugar menos estratégico. El sembrador astuto que disfruta de cosechar el mejor fruto; el más abundante, el más sano, el más grande, debe desarrollar olfato para encontrar buena tierra.
Meditemos y hablemos con Dios un momento. Permite a este siervo(a) ser un eficaz instrumento de tu reino, que en mi caminar diario aprenda a seleccionar la buena semilla, a encontrar los mejores campos, a apreciar los mejores frutos, que pueda compartir tus promesas con liberalidad a todo aquel que desee escuchar tu verdad. Que así se haga en mi vida.
qquiero conoser mas de jesuss
ResponderEliminarquiero conoser mas de jesus el hijo de DIOS
ResponderEliminarVilma, gracias por tu mensaje. platica con Jesús en oración, pídele que perdone tus faltas, y que sea el Señor de tu vida. Lee la Santa Biblia y reúnete en una Iglesia dónde se predique a Jesús y éste crucificado. Dios te escucha y seguro te dejará conocerle a través de su Palabra poderosa.
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