El carácter surge como reacción o respuesta a una acción, nuestro interior permanecerá oculto e invisible a todos los que nos rodean hasta que algo o alguien provoque que salga a la superficie. Entonces, sí se hará visible.
Hay una linda historia en I Samuel 17:40-52 se trata del reino de Israel, que tenía un rey cuyo ejército estaba formado por
hombres bien entrenados para la guerra, expertos en el uso de las armas de combate y defensa,
tenían organización, jerarquía, escudos, armaduras, espadas, cascos, y de todo; menos el carácter fuerte. Y
con todo eso no podían enfrentar a su enemigo.
Estos guerreros y su rey no eran
celosos del nombre de Dios, cualquiera en su vecindario podía hablar mal de su Dios frente a
ellos. Y dominados por el miedo volvían atrás en silencio, humillados con la cabeza abajo. No
confiaban en sí mismos, tampoco en su compañero -no había equipo- ni en el poder de su Dios.
¿Cómo vencer a un poderoso enemigo cuando todo lo que tenemos es un ejército de personas llenas de miedo y sin el carácter correcto? Hagamos lo que sí sabemos hacer.
Y tomó su cayado en su mano, (salió
con las herramientas que él sí sabía usar, para nada sofisticado y muy poco
profesional) y escogió cinco piedras lisas del arroyo (piedras no labradas a mano, por ningún hombre, son
símbolo de armas espirituales recibidas de parte de Dios a su pueblo de
creyentes.), y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía,
y
tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo. Y el filisteo venía
andando y acercándose a David, y su escudero delante
de él. (Hombre
de guerra, con armas ofensivas, escudero para su defensa y avanzaba hacía David.
Era un ser más poderoso y más grande que cualquier enemigo común, solo verle
producía mucho temor. Podemos llamar al gigante de varias maneras; falta de perdón, desconfianza en nosotros
mismos y en el equipo de trabajo, baja autoestima, o también arrogancia,
pobreza y ruina, desobediencia, mentira, deuda, falta de fe, temor al futuro,
desorden, irresponsabilidad, adicciones, tabaco, alcohol, drogas, sexo ilícito,
amor al dinero, etc.)
Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho,
y rubio, y de hermoso parecer. (Menospreció al
siervo de Dios, le valoró como poco, no le tuvo ningún respeto, por no parecer
rudo, ni guerrero profesional) Y
dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y
maldijo a David por sus dioses. (Su mayor error fue
su arrogancia de hombre de guerra que le hacía sentirse merecedor de un mejor
contrincante y no de un niño bonito con juguetes.) Dijo luego el
filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo
y
a las bestias del campo. (Le provocaba al llamarle
alimento para aves y animales de carroña o inmundicia, sabía que eso distraía
la concentración de David.) Entonces dijo David al filisteo: Tú
vienes
a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en
el
nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones
de
Israel, a quien tú has provocado. (David, a pesar
del desigual reto que tiene por delante no le presta espacio al temor, no
confía en su preparación ni en sus armas, confía en Dios. Reconoce ante sus
adversarios y compañeros que Dios es quién gobierna sobre el ejército de Israel,
cosa que solo él parece saberlo.) Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te
venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los
cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y
toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. (Lanzó
una poderosa declaración como arma ante sus adversarios y prometió alabanza a
su Dios por la victoria que iban a recibir, no salió a defender a su pueblo, ni
a su rey, ni a su ejército salido en nombre de su Dios.)
Y
sabrá
toda esta congregación que Jehová no salva con espada y
con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.
(El poder de Dios no se manifiesta a través de
armas o herramientas de hombres, se manifiesta entregando en nuestras manos
aquellos enemigos que buscan avergonzarnos provocando a nuestro Dios y eso en
sí mismo pone a Dios de nuestro lado. Dios es señor de la batalla y él sigue en
control.)Y aconteció que cuando el filisteo se
levantó
y echó a andar para ir al encuentro de David, (El
enemigo avanza de frente con sus armas) David
se
dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. (David se apresuró a tomar su lugar en la batalla, se le
fue de frente no por el lado no por la espalda y nunca bajo su mirada).
Y
metiendo
David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y
la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y
la
piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro
en
tierra. (Lanzó una piedra justo a la cabeza, no
jugó ni se anduvo por las ramas se fue directo a la cabeza del enemigo, las
armas y herramientas que Dios da a su pueblo deben usarse con destreza.)
Así venció David al filisteo con honda y
piedra; e
hirió
al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano. (Pero no es suficiente que le tiremos al suelo y lo demos
por muerto, debemos asegurarnos que nunca se vuelva a levantar para atacar al
pueblo de Dios, debemos cortar la raíz; pararnos sobre el problema y cortarle
la cabeza con sus propias armas.) Entonces corrió David y se puso sobre el
filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo
acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a
su paladín muerto, huyeron. (Los problemas y
enemigos de Dios huirán, al tratar de hacernos frente, pues Dios nos entregará en
las manos a cada uno de ellos si los pedimos en ayuno y oración, ninguno podrá hacerte frente, las batallas se ganan a solas mientras
oramos y ayunamos, luego en el campo de batalla solo vamos a terminar el trámite y a cortar la cabeza
de los enemigos.)
¿Qué batalla has estado librando
en medio de miedos y temores?, ¿Has estado usando correcta y
diestramente las armas espirituales -oración, ayuno, clamor y confianza- que Dios te ha dado para acabar con
el enemigo?
¡Dios te ha equipado correctamente para vencer! Amén
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