Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador nuestro, y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones, porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos; para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús. Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos. Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo; te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora...
¿Estás completamente dispuesto a ser confrontado, juzgado, examinado y probado? De lo contrario, no sigas adelante. Antes de analizar los dones del Espíritu Santo , antes de conocer sobre esta experiencia y cómo los describe el Pacto Renovado a través de las cartas y tratados de los evangelistas y apóstoles. Sentirme cómodo con mis obstáculos. Cada creyente con hambre sincera de Dios reconoce su profunda importancia. Todo se sustenta en someterme con todo mi corazón al señorío de Dios ( Elohim: Solo Dios me juzga ) desde un corazón puro y limpio. Existe un pasaje en la Biblia, que -asumo- ofrece más luz al hombre que atraviesa momentos de duda y profunda confusión, está en Salmos 139: 13-14 . Examíname , oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mi camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno. Te imaginas -por fin- salir de la zona de "mi necedad" y al hacer un honesto check list de todos los daños que hizo la maldad...