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La poderosa gracia de Dios


Mientras pasaba delante de Moisés, Dios dijo en voz alta: «¡Soy el Dios de Israel! ¡Yo soy es el nombre con que me di a conocer! Soy un Dios tierno y bondadoso. No me enojo fácilmente, y mi amor por mi pueblo es muy grande. Éxodo 34:6

¿Cómo le puedo explicar a un pequeño niño de que trata la gracia de Dios? Cuando alguien recibe un regalo, no tiene que hacer nada para ganarlo; simplemente lo recibe -y lo disfruta- porque la otra persona así lo quiere. Así es la gracia: es un regalo de Dios que no tenemos que ganar. En el diccionario de la Real Academia Española se explica que la gracia es un don o favor que se hace sin merecimiento particular; concesión gratuita. La gracia es un regalo del cielo para la humanidad, que no sólo perdona a la persona por sus errores, no sólo incluye un rescate o pago satisfactorio por su deuda, también las empodera y las transforma. Dios manifiesta su amor de forma unilateral e inmerecida a todas las personas de la tierra a través de esta -la gracia- cualidad. Él nos invita continuamente hacia Él. Dios nos ha mostrado acciones concretas para producir una transformación en la vida de cada persona que confía en Él. Es un regalo de parte de Dios que nos permite entrar y mantener una relación correcta con Él. Se trata de intervenciones específicas de Dios en la vida de las personas y que le permiten crecer en su fe. Es el elemento fundamental para entender la relación entre Dios y -nosotros- la humanidad, es a través de la gracia que podemos participar de forma activa de la vida plena y de la suprema naturaleza de Dios.

Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Efesios 4:7

La palabra gracia que se utiliza en la carta de Pablo a los efesios proviene del griego χάρις  (járis) que se puede entender como regalo, donativo o favor. Mientras que en hebreo se utiliza la raíz de חֵן (jen) que implica un sentido de favorable, regalo deleitoso o benevolencia.
La Biblia, utiliza ambos términos para referirse a la gracia en alrededor de 219 oportunidades. De estas, 100 veces -el apóstol Pablo- hizo mención de la gracia en sus escritos. Este término se utiliza para describir la actitud favorable de alguien hacia otra persona.
La gracia no se puede obtener como producto de un intercambio de cosas o actos que podamos realizar, o a través de méritos humanos, sino que es un regalo gratuito que nos permite observar su amor y su misericordia. La gracia se otorga, se nos da por gusto. Permite -a las personas que confían en Dios- vivir de acuerdo con los principios del Reino de Dios, capacitándolas para llevar a cabo buenas obras y manifestar su carácter -de Cristo- en sus vidas.

Pero Dios nos demostró su gran amor al enviar a Jesucristo a morir por nosotros, a pesar de que nosotros todavía éramos pecadores. Romanos 5:8

La persona generosa no encontrará conflicto en dar a otros. Aún a aquellas personas que no lo merecen o que nos han causado daño. En este sentido, Dios muestra su carácter al pausar su justicia. Es desde su generosidad que nos da. Es desde su benevolencia que nos regala tesoros inmerecidos.
David y la gracia de Dios. El joven y menospreciado pastor de ganado menor David, comenzó su vida con humildad. Conocido por su valentía y su fe en Dios, especialmente cuando derrotó al gigante Goliat.

También Goliat se acercó a David, aunque su ayudante iba siempre delante de él. Cuando vio que David no era más que un muchachito de piel morena, lo consideró muy poca cosa y lo maldijo en nombre de sus dioses. Le dijo: —¡Vaya con el niño bonito! Vienes a pelear conmigo con un palo, como si fuera yo un perro. Ven acá, que te voy a matar, y con tu carne voy a alimentar a los buitres y a las bestias salvajes. Pero David le contestó: —¡Y tú vienes a pelear conmigo con espada, y flechas y lanza! Pues yo vengo en el nombre del Dios todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien te has atrevido a desafiar. Hoy mismo Dios me ayudará a vencerte, y te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo alimentaré a los buitres y a las bestias salvajes con los cadáveres de los soldados filisteos. ¡Y todo el mundo sabrá lo grande que es el Dios de Israel! »Todos los que están aquí se darán cuenta de que es Dios quien da la victoria en las batallas. Dios nos dará la victoria sobre ustedes, ¡y así sabrán que para triunfar, Dios no necesita de espadas ni de flechas! Cuando el filisteo se acercó para atacarlo, David también corrió hacia él y, sacando una piedra de su bolsa, disparó su honda y le pegó al filisteo en plena cara. La piedra se le clavó en la frente, y el filisteo cayó de cara al suelo. Enseguida corrió David y se paró sobre Goliat, le quitó su espada y, de un solo golpe, le cortó la cabeza. Así fue como, sin tener una espada, David venció al filisteo. Lo mató con sólo una honda y una piedra. 
1 Samuel 17:41-51

Sin embargo, su vida tomó un giro oscuro cuando se convirtió en rey. A pesar de su cercanía con Dios, David cometió graves pecados, incluyendo adulterio con Betsabé y el asesinato de su esposo Urías. Estos actos lo llevaron a enfrentar serias consecuencias, incluyendo la pérdida de su hijo y conflictos familiares. La verdadera esencia de la gracia se manifiesta cuando David, confrontado por el profeta Natán, reconoce su pecado y se arrepiente sinceramente. David dijo: "He pecado contra el Señor." Este reconocimiento es crucial; a pesar de sus errores, Dios no lo rechazó. En cambio, le mostró gracia al perdonarlo y continuar con Su propósito en la vida de David. A pesar de sus graves pecados, David recibió el perdón divino. Esto refleja el concepto bíblico de que la gracia no se basa en nuestras obras o méritos, sino en el amor incondicional de Dios. La gracia no solo perdona; también transforma. Después de su arrepentimiento, David escribió muchos salmos que expresan su profundo amor y devoción hacia Dios, mostrando cómo la gracia puede cambiar el corazón humano.

Mientras sucedía todo esto, Pedro estaba sentado en el patio del palacio. De pronto, una sirvienta se le acercó y le dijo: —Tú siempre estabas con Jesús, el de Galilea. Y delante de todos, Pedro le contestó: —Eso no es cierto; ¡no sé de qué me hablas! Pedro salió por la puerta del patio, pero otra sirvienta lo vio y dijo a los que estaban allí: —Éste también estaba con Jesús, el que vino de Nazaret. Pedro lo negó de nuevo y dijo: —¡Les juro que no conozco a ese hombre! Un poco más tarde, algunos de los que estaban por allí se acercaron a Pedro y le dijeron: —Estamos seguros de que tú eres uno de los seguidores de Jesús; hablas como los de Galilea. Pedro les contestó con más fuerza: —¡Ya les dije que no conozco a ese hombre! ¡Que Dios me castigue si no estoy diciendo la verdad! Mateo 26: 69-74

Pedro también experimentó la gracia de Dios tras negar a Jesús tres veces antes de la crucifixión. A pesar de sus promesas de lealtad, su miedo lo llevó a traicionar a su maestro. Sin embargo, después de la resurrección, Jesús lo restauró y lo comisionó para liderar Su iglesia. La historia de Pedro demuestra que el arrepentimiento genuino puede llevar a la restauración y al cumplimiento del propósito divino. El llamado de Dios refleja nuestro destino en Él. 

Por tercera vez le dijo: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se puso muy triste de que tres veces le había preguntado si lo quería. Entonces le contestó: —Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: —Cuida de mis ovejas. Juan 21: 17

La gracia actúa -en nosotros- como un poder transformador que capacita a los creyentes para vivir según la Palabra de Dios y realizar obras buenas. Sin esta gracia, los seres humanos no podríamos alcanzar su verdadero potencial espiritual.  La gracia actúa en conjunto con el Espíritu para guiar y fortalecer a los creyentes en su caminar diario. Esta relación es esencial para experimentar una vida plena en Cristo, ya que es a través de la gracia que los creyentes reciben poder, nuevas capacidades donadas y la dirección del Espíritu de Dios.

Existen, al menos cinco elementos de la gracia que Pablo -el apóstol- destaca a lo largo de sus cartas a las iglesias, vale destacar que la gracia de Dios es incluida constantemente en sus trece epístolas:
Favor Inmerecido. La gracia es principalmente entendida como el favor inmerecido de Dios. En Efesios 2:8-9, Pablo afirma: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." Este pasaje destaca que la salvación es un regalo divino que no puede ser ganado a través de esfuerzos humanos.
Poder Transformador. Pablo también enfatiza que la gracia tiene un poder transformador en la vida del creyente. En Tito 2:11-12, se menciona que "la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente." Esto implica que la gracia no solo perdona el pecado, sino que también capacita a los creyentes para vivir de manera justa y piadosa.
Suficiencia en Debilidad. En 2 Corintios 12:9, Pablo dice: "Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad." Aquí, Pablo reconoce que la gracia de Dios es suficiente para sostenerlo en sus debilidades y dificultades, mostrando así que la dependencia de la gracia es esencial para el crecimiento espiritual.
Comunidad y Generosidad. La gracia también fomenta un sentido de comunidad entre los creyentes. En Hechos 4:33 se menciona que "abundante gracia era sobre todos ellos," lo que sugiere que la gracia de Dios impulsa a una vida de unidad y generosidad dentro del cuerpo de Cristo.
No Licencia para Pecar. Pablo aclara que la gracia no es una licencia para pecar. En Romanos 6:1-2 plantea: "¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera!" Esto indica que aunque somos salvos por gracia, estamos llamados a vivir vidas que reflejen esa gracia a través de la justicia y la santidad.

Todo lo que hace la iglesia hoy es el producto directo de la gracia de Dios obrando a través de mujeres y hombres que han sido transformados en su gracia. Todo logro alcanzado, es la consecuencia de que en nuestra miseria espiritual, Dios nos miró con ojos de misericordia y corrió para acercarnos a Él.

Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva. Filipenses 1:6

¿Qué nuevas oportunidades has recibido como un regalo desde el escenario de su gracia?
¿Alguna vez experimentaste sentirte abrumado por este regalo inmerecido que Dios te da?
¿Puedes confiar en el hecho de que si "Dios te llamó, su propósito se va cumplir en tí"?
¿A pesar de mi mismo, de mis debilidades, de mis errores, de mis dudas, de mis contradicciones su gracia puede llevarme hasta mi destino?

The Mighty Grace of God.

As God passed in front of Moses, He proclaimed loudly: "I am the God of Israel! I am the name by which I made myself known! I am a tender and kind God. I am not easily angered, and my love for my people is immense." Exodus 34:6

How can I explain God's grace to a small child? When someone receives a gift, they don't have to do anything to earn it; they simply receive it—and enjoy it—because the other person wants to give it. That's what grace is like: it's a gift from God that we don't have to earn. According to the Royal Spanish Academy dictionary, grace is a gift or favor given without any particular merit; a free concession. Grace is a gift from heaven to humanity that not only forgives a person for their mistakes, not only includes a ransom or satisfactory payment for their debt, but also empowers and transforms them. God shows His love unilaterally and undeservedly to all people on earth through this quality—grace. He continuously invites us to Him. God has shown us concrete actions to produce transformation in the life of each person who trusts in Him. It is a gift from God that allows us to enter and maintain a right relationship with Him. It involves specific interventions of God in people's lives that allow them to grow in their faith. It is the fundamental element for understanding the relationship between God and us—humanity. Through grace, we can actively participate in the full life and supreme nature of God.

But to each one of us, grace has been given according to the measure of Christ's gift. Ephesians 4:7

The word grace used in Paul's letter to the Ephesians comes from the Greek χάρις (charis), which can be understood as a gift, donation, or favor. In Hebrew, the root חֵן (chen) implies a sense of favor, delightful gift, or benevolence. The Bible uses both terms to refer to grace around 219 times. Of these, the apostle Paul mentioned grace 100 times in his writings. This term is used to describe someone's favorable attitude towards another person. Grace cannot be obtained as a product of an exchange of things or acts we can perform, or through human merits, but it is a free gift that allows us to observe His love and mercy. Grace is given to us freely. It allows people who trust in God to live according to the principles of the Kingdom of God, enabling them to carry out good works and manifest Christ's character in their lives.

But God showed His great love for us by sending Jesus Christ to die for us, even while we were still sinners. Romans 5:8

A generous person finds no conflict in giving to others, even to those who don't deserve it or who have hurt us. In this way, God shows His character by pausing His justice. It is from His generosity that He gives to us. It is from His benevolence that He bestows undeserved treasures upon us.

David and God's Grace: The young and overlooked shepherd, David, began his life with humility. Known for his bravery and faith in God, especially when he defeated the giant Goliath.

Goliath also approached David, though his helper always went ahead of him. When he saw that David was just a young boy with a tan complexion, he considered him insignificant and cursed him by his gods. He said: "Well, look at the pretty boy! You come to fight me with a stick, as if I were a dog. Come here, and I'll kill you, and feed your flesh to the vultures and wild beasts." But David replied: "And you come to fight me with a sword, and arrows, and a spear! But I come in the name of the Almighty God, the God of the armies of Israel, whom you have dared to defy. Today, God will help me defeat you, and I will kill you and cut off your head. Today, I will feed the vultures and wild beasts with the corpses of the Philistine soldiers. And everyone will know how great the God of Israel is! Everyone here will realize that it is God who gives victory in battles. God will give us victory over you, and then you will know that to triumph, God does not need swords or arrows!" When the Philistine approached to attack him, David also ran towards him, and taking a stone from his bag, he slung it and hit the Philistine right in the face. The stone sank into his forehead, and the Philistine fell face down on the ground. David immediately ran and stood over Goliath, took his sword, and with one blow, cut off his head. This is how, without having a sword, David defeated the Philistine. He killed him with just a sling and a stone. 1 Samuel 17:41-51

However, his life took a dark turn when he became king. Despite his closeness to God, David committed serious sins, including adultery with Bathsheba and the murder of her husband Uriah. These acts led him to face serious consequences, including the loss of his child and family conflicts. The true essence of grace is manifested when David, confronted by the prophet Nathan, acknowledges his sin and sincerely repents. David said: "I have sinned against the Lord." This acknowledgment is crucial; despite his mistakes, God did not reject him. Instead, He showed him grace by forgiving him and continuing His purpose in David's life. Despite his grave sins, David received divine forgiveness. This reflects the biblical concept that grace is not based on our works or merits, but on God's unconditional love. Grace not only forgives; it also transforms. After his repentance, David wrote many psalms that express his deep love and devotion to God, showing how grace can change the human heart.

While all this was happening, Peter was sitting in the courtyard of the palace. Suddenly, a servant girl approached him and said, "You were always with Jesus, the Galilean." And in front of everyone, Peter replied, "That's not true; I don't know what you're talking about!" Peter went out to the courtyard gate, but another servant girl saw him and said to those who were there, "This man was also with Jesus, the one from Nazareth." Peter denied it again and said, "I swear I don't know that man!" A little later, some of those standing there approached Peter and said, "We are sure you are one of Jesus' followers; you speak like a Galilean." Peter replied even more strongly, "I already told you I don't know that man! May God punish me if I'm not telling the truth!" Matthew 26:69-74

Peter also experienced God's grace after denying Jesus three times before the crucifixion. Despite his promises of loyalty, his fear led him to betray his master. However, after the resurrection, Jesus restored him and commissioned him to lead His church. Peter's story shows that genuine repentance can lead to restoration and the fulfillment of God's purpose. God's call reflects our destiny in Him.

For the third time, He said, "Simon, son of John, do you love me?" Peter was very sad that Jesus asked him three times if he loved Him. So he replied, "Lord, you know everything; you know that I love you." Jesus said, "Take care of my sheep." John 21:17

Grace acts in us as a transforming power that enables believers to live according to God's Word and do good works. Without this grace, humans could not reach their true spiritual potential. Grace works together with the Spirit to guide and strengthen believers in their daily walk. This relationship is essential to experiencing a full life in Christ, as it is through grace that believers receive power, new abilities, and the guidance of God's Spirit.

There are at least five elements of grace that Paul, the apostle, highlights throughout his letters to the churches. It is worth noting that God's grace is constantly included in his thirteen epistles:Undeserved Favor: Grace is primarily understood as God's undeserved favor. In Ephesians 2:8-9, Paul states, "For by grace you have been saved through faith; and that not of yourselves, it is the gift of God; not of works, lest anyone should boast." This passage emphasizes that salvation is a divine gift that cannot be earned through human efforts.
Transforming Power: Paul also emphasizes that grace has a transforming power in the believer's life. In Titus 2:11-12, it is mentioned that "the grace of God that brings salvation has appeared to all men, teaching us that, denying ungodliness and worldly lusts, we should live soberly, righteously, and godly in the present age." This implies that grace not only forgives sin but also empowers believers to live righteously and godly.
Sufficiency in Weakness: In 2 Corinthians 12:9, Paul says, "And He said to me, 'My grace is sufficient for you, for My strength is made perfect in weakness.'" Here, Paul acknowledges that God's grace is sufficient to sustain him in his weaknesses and difficulties, showing that dependence on grace is essential for spiritual growth.
Community and Generosity: Grace also fosters a sense of community among believers. In Acts 4:33, it is mentioned that "great grace was upon them all," suggesting that God's grace drives a life of unity and generosity within the body of Christ.
Not a License to Sin: Paul clarifies that grace is not a license to sin. In Romans 6:1-2, he asks, "What shall we say then? Shall we continue in sin that grace may abound? Certainly not!" This indicates that although we are saved by grace, we are called to live lives that reflect that grace through righteousness and holiness.

Everything the church does today is the direct product of God's grace working through men and women who have been transformed by His grace. Every achievement is the result of God looking at us with eyes of mercy in our spiritual misery and running to draw us close to Him.

And I am sure that God, who began the good work in you, will continue it until it is completely finished on the day when Christ Jesus returns. Philippians 1:6

What new opportunities have you received as a gift from His grace? Have you ever felt overwhelmed by this undeserved gift that God gives you? Can you trust that if "God called you, His purpose will be fulfilled in you"? Despite myself, my weaknesses, my mistakes, my doubts, my contradictions, can His grace lead me to my destiny?

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