Quitando la nube de la confusión.

Vivir con una nube de humo al frente.

Existe un tipo de confusión que produce ceguera absoluta. Mi abuela solía repetir que aquel que no sabe, es tan ciego como aquel que no puede ver. Está experiencia es más común de lo que se pudiera imaginar.

El sentido común se roba los momentos de inspiración.

Depender del sentido común nos hace depender básicamente de nuestra intuición. Originalmente se entendía, por sentido común, como la percepción de los estímulos que compartimos todos los seres humanos, más tarde se amplió a una noción básica de que hay cosas que existen y cosas que ocurren, pero trata de un conocimiento muy vago del cual no podemos extraer grandes verdades capaces de darle significado a lo que nos pasa. En oposición al debate se le utiliza como una herramienta retórica que sirve para dificultar que alguien cuestione ideas muy extendidas y que muchas personas consideran naturalmente evidentes. Se usa frecuentemente como una manera de empobrecer cualquier debate, dado que la popularidad de una creencia no implica que ésta sea buena, verdadera o útil. Es algo que dentro de nuestro contexto se da por hecho.

Algunos piensan de éste -el sentido común- que ha destruido muchos increíbles momentos de inspiración y creatividad. Es la ruta directa que nos lleva al mismo lugar, es la forma más segura de llegar siempre donde solíamos llegar. En cierta medida se trata de ser predecibles -en mucho- a través del sentido común. En el contexto de un Dios creador, hacedor de maravillas, cuyo poder puede someter a la muerte, al viento, a las tormentas, al sol, a la enfermedad se espera que no sea predecible.

Los sentidos nos conectan únicamente con el entorno físico que nos rodea y traen datos e información desde afuera al interior. Parte de la realidad la construimos a partir de los datos que nos ingresan por los sentidos hasta nuestro interior. 

Pero no es lo único que está a nuestro alrededor, hay muchas cosas más a nuestro alrededor de lo que captan estos 5 sentidos. 

La venda nos limita y hace torpes.

Se hace necesario despertar y percibir con nuestros ojos espirituales para así conocer -la medida- de la misión a que nos llamó, y cuales son los recursos que Dios ha dispuesto para trabajar en ensanchar su reino en la tierra. "Pido también que os sean iluminados los ojos del corazón para que sepáis a qué esperanza él os ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos" Efesios 1:18

Cuando Jesús iniciaba su ministerio público se fue al desierto a solas para mantener un ayuno de cuarenta días; no comió, ni bebió todo ese tiempo. Durante su búsqueda del Padre, se le apareció alguien que siempre busca la menor oportunidad para tomar el lugar de Dios. Éste llegó con una invitación muy convincente, se puede decir que le ofreció el precio más alto posible a pagar en la tierra: Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Mateo 4:8-9

Los mayores tesoros de la tierra.

¿Qué evita que yo pueda ver más allá? ¿Quién se esfuerza por mantener mi vista limitada? El dios de este mundo -el diablo- construye cortinas de humo, levanta velos y nos rodea, coloca vendas sobre nuestros ojos, distrae nuestra atención "cuasi" rugiendo a nuestro alrededor, desenfoca nuestra conciencia, nos mete en cuevas oscuras, nos cubre con un manto oscuro. Hasta el punto que llegamos a pensar que no hay más, que la creación de Dios llega hasta allí y que esos son los limites, creemos con toda nuestra alma que fuimos llamados a vivir en escasez. 

Cortinas de humo para limitar la visibilidad y ocultar posiciones.

El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios. II corintios 4:4

Cuando desarrollamos y crecemos hay cambios evidentes de este proceso completado. Los niños después de tomar leche de sus madres, se alimentan de cosas más sólidas, aprenden a masticar, a tragar, comen sin ayuda, crecen en estatura hasta llegar a ser auto suficientes. "En cambio, los que sí saben distinguir entre lo bueno y lo malo, y están acostumbrados a hacerlo, son como la gente adulta, que ya puede comer alimentos sólidos." Hebreos 5:14

Los adultos buscan alimentarse de comida sólida que les llene de nueva fuerza.

La anticipación, y la antelación, ir un paso adelante se hace necesario para vencer cada batalla. Al dejar de ejercitar los fundamentos de la vida cristiana y depender -hasta hoy- de la leche espiritual, perpetuando la infancia dejamos de desarrollar nuestro crecimiento. Muchos vivimos engañados, creyendo que la antigüedad en nuestra congregación, o gracias a una transferencia por ósmosis nos prepara para desarrollar nuestra "edad adulta espiritual." 

Eliseo -Elisha (אֱלִישַׁע)- es el tipo de siervo que utiliza sus sentidos espirituales. El rey enemigo manda a un grupo élite para capturar y eliminar al profeta Elíseo. "Entonces respondió uno de sus servidores: —Ninguno, oh mi señor el rey; sino que el profeta Eliseo, que está en Israel, le declara al rey de Israel las palabras que hablas en tu dormitorio. Entonces él dijo: —Vayan, miren dónde está, y yo enviaré a capturarlo. Le informaron diciendo: —He aquí, está en Dotán. Y el rey envió allá gente de a caballo, carros y un gran ejército, los cuales llegaron de noche y rodearon la ciudad. Cuando el que servía al hombre de Dios madrugó para partir y salió, he aquí que un ejército tenía cercada la ciudad con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: —¡Ay, señor mío! ¿Qué haremos?  Él le respondió: —No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Entonces Eliseo oró diciendo:—Te ruego, oh SEÑOR, que abras sus ojos para que vea. El SEÑOR abrió los ojos del criado, y este miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo y carros de fuego, alrededor de Elíseo. Y cuando los sirios descendieron hacia él, Eliseo oró al SEÑOR y dijo: —Te ruego que hieras a esta gente con ceguera. Y los hirió con ceguera, conforme a la palabra de Eliseo." 2 Reyes 6:12-18

El asistente de Eliseo -Giezi- es una persona sin sentido espiritual adulto, no ha desarrollo completamente sus sentidos espirituales, él todavía depende de su sentido común y sus percepciones a través de los sentidos naturales.

¿Cómo desarrollar los sentidos espirituales? Es a través de las pruebas. En el momento de la dificultad que se abren los ojos espirituales. Fue justo allí que mira y descubre los carros de fuego que protegen al profeta. Eliseo oró; breve y exacto, y pidió que les fueran cerrados los ojos del entendimiento -ceguera- para que experimenten confusión. Están tan confundidos, que quedaron en manos a Eliseo. Los llevó a la capital del reino y el rey de Israel los rodea. Entonces los ojos de su entendimiento les fueron abiertos y se vieron capturados. Pero fueron alimentados y saciados, luego se les envío a casa, los sirios nunca regresaron a asaltar y robar en el territorio de Israel. 

Eliseo siempre se mantuvo conectado con el cielo, nunca cortó la llamada, estaba en línea con el altavoz abierto entre el trono de nuestro Padre y su actuar diario. Él no empezó en esa misma mañana a buscar el rostro de Dios, ya era un buscador de su presencia con tarjeta de "visita frecuente". No había tiempo para eso. Elíseo ha estado desarrollando sus herramientas espirituales a diario, por eso estaba listo para escuchar la voz del cielo, y ver a los ángeles guerreros.

La manera de vencer cada batalla es ejercitando y desarrollando la oración, la adoración a Dios, meditando en los dichos de Dios, solo así seremos rodeados y guardados por ángeles guerreros. En medio del ataque enemigo ya es tarde para salir a buscar a Dios. Será oportuno esforzarse en permanecer en la presencia de Dios mucho antes que surjan los tiempos difíciles.

Nuestro reto diario para vencer los tiempos difíciles es ser constantes y buscar a diario el rostro de Dios, estando frente a su trono, dedicando tiempo de búsqueda al finalizar la noche, en el inicio del día, en la hora dorada, con el primer canto de las aves. Esa deberá ser nuestra primer cita de cada día.