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Cuando tu plan de conquista es misión imposible

Cada vez que estamos por iniciar una nueva temporada de mucho trabajo como la construcción de una gran obra, la cosecha, u otra tarea debemos meditar y pensar bien lo que vamos a hacer, es el momento de prepararse de la mejor manera. Si lo que estamos por enfrentar es complicado vendrá bien escribir y definir a los responsables y actores principales, también se definen fechas y horas, y incluimos las herramientas y la cantidad de éstas, y si estimamos el costo de cada acción, y demás detalles lo que tenemos es un plan. La meta será lograr una acción en un determinado tiempo. La estrategia descansará en variables fuertes y confiables, ésta será la ruta que nos guiará hasta allá, las tácticas son las pequeñas acciones que irán en orden y secuencia hasta lograr completa la estrategia.
¿Qué hacer cuando toda nuestra estrategia cuelga de algo tan poco fuerte como un hilo? Delgado y tenso, aumentan las posibilidades de fracaso y disminuyen las de tener éxito. La ruta critica al éxito está dependiendo de variables tan frágiles, débiles y tan poco fiables.
Piense -por un momento- en lo siguiente. Usted es nieto e hijo de unos ex esclavos, ellos eran expertos en fabricar adobes, ladrillos y tabiques. Nunca usaron armas, nunca organizaron un ejercito y no conocen nada sobre guerrear y conquistar. Ud. ha nacido en lugares desiertos, entre la arena y la escasez, solo se ha alimentado de codornices y maná toda su vida. El único milagro que han visto en su generación es que su ropa y calzado no se gastan, sus padres sí han sido testigos de grandes maravillas y milagros; la muerte del ejercito egipcio y faraón, el mar abierto abriendo camino, la nube, el fuego, agua de una roca, la salvación del veneno de las serpientes.
Desde esa posición, ahora dirija sus ojos hacia el horizonte, y mire más adelante en el tiempo, viene una larga temporada llena de conquistas que deberá enfrentar, pero usted no tiene todavía un verdadero plan realista para conquistar.
A veces nos pasa que luego de invitar a Dios para que bendiga nuestros planes, resulta que no todo salió tan bien. Pareciera -entonces- que algo faltó.

"Josué envió a dos hombres para que exploraran el territorio de Canaán, y de manera especial a la ciudad de Jericó. Los dos hombres salieron de Sitim, y cuando llegaron a Jericó fueron a la casa de una prostituta llamada Rahab. Allí pasaron la noche. Al saber el rey de Jericó que unos israelitas habían llegado esa noche para explorar el país, mandó a decirle a Rahab: —En tu casa hay dos espías. ¡Mándamelos para acá! Pero como ella los había escondido, respondió: —Sí, es verdad. Vinieron unos hombres, pero yo no supe de dónde eran. Salieron al anochecer, antes de que cerraran el portón de la ciudad, y no sé a dónde iban. Si ustedes salen ahora mismo a perseguirlos, seguro que podrán alcanzarlos. La verdad es que Rahab los había llevado a la terraza y los había escondido debajo de unos manojos de lino que allí tenía. Los hombres del rey salieron de la ciudad, y se volvió a cerrar el portón. Buscaron a los espías hasta llegar al cruce del río Jordán. Antes de que los espías se acostaran, Rahab subió a la terraza y les dijo: —Yo sé que Dios les ha entregado a ustedes este territorio, y todos tenemos miedo, especialmente los gobernantes. Sabemos que, cuando salieron de Egipto, Dios secó el Mar de los Juncos para que ustedes pudieran cruzarlo. También sabemos que mataron a Sihón y a Og, los dos reyes amorreos del otro lado del Jordán. Cuando lo supimos, nos dio mucho miedo y nos desanimamos. Reconocemos que el Dios de ustedes reina en el cielo y también aquí en la tierra. Júrenme en el nombre de ese Dios que tratarán bien a toda mi familia, así como yo los he tratado bien a ustedes. Denme alguna prueba de que así lo harán. ¡Prométanme que salvarán a todos mis familiares! ¡Sálvennos de la muerte!  Los espías le contestaron: —¡Que Dios nos quite la vida si les pasa algo a ustedes! Pero no le digas a nadie que estuvimos aquí. Cuando Dios nos dé este territorio, prometemos tratarlos bien, a ti y a toda tu familia." Josué 2: 1-14

Los israelitas están por entrar a la tierra que Dios les ha prometido. A las puertas de ésta vemos a los inexpertos israelitas que deben conquistar una ciudad fortificada y amurallada para iniciar su conquista del nuevo territorio ocupado.

Esta nueva generación de israelitas ya no pensaban como esclavos, pero crecieron en completa escasez. Era una generación de nómadas, sin ningún tipo de arraigo; cualquier lugar podía ser su casa. Sus padres eran obreros bajo el mando de un cruel amo. Ellos crecieron comiendo maná. Sus padres fueron testigos de grandes milagros. Ellos solo escucharon los testimonios del poder de Dios en la voz de sus padres. La generación que salió de Egipto rumbo a la tierra prometida consumió su vida sin ver la recompensa, ahora ellos -los hijos- pueden ver y tocar esa recompensa. 

Punto de referencia. Está generación carecía de experiencia, no habían experimentado en primera persona el poder de Dios obrando maravillas y milagros. Poseían únicamente un tipo de conocimiento teórico acerca de Dios, tampoco tenían experiencia al tratar con un Dios todopoderoso. Hasta ese instante su confianza en Dios no había sido puesto a prueba. 

Plan de conquista. Dos jóvenes inexpertos que nunca habían peleado ninguna guerra. Se fueron a refugiar al interior de un pequeño prostíbulo. Una mujer hábil -Rahab- para negociar con hombres y que se dedicaba a vender su cuerpo les abre sus puertas. El lugar menos idóneo, fue transformado, vivió un cambio de fondo y pasó a ser su refugio y santuario. Los espías y el resto de los hombres de Israel dependían de la integridad de una ramera. Dependían que ella cumpliera sus promesas; que no les traicionara, que no les mintiera, que no hablara demás, que no les entregara ante su enemigo.

La misma cuerda que sirvió de herramienta para huir a los clientes adúlteros en la obscuridad de la noche, se usó para el exitoso escape de los espías de Josué.

"Como la casa de Rahab estaba construida junto al muro que rodeaba la ciudad, ella los ayudó a bajar por la ventana con una soga.Y les aconsejó: —Escóndanse en los cerros para que la gente del rey no los encuentre. Quédense allí tres días, hasta que ellos regresen; y después de eso, sigan su camino. Antes de irse, los espías le dijeron: —Te hemos hecho un juramento, y lo cumpliremos.V.15-17.

La vergonzosa señal del prostíbulo era un trapo rojo. Qué también serviría como señal a los conquistadores para perdonar y salvar sus vidas.
La muralla. Era la delgada línea que dividía a los actores.

"Cuando lleguemos a este territorio, esta soga roja tiene que estar atada a la ventana por donde vamos a bajar. Reúne en tu casa a todos tus familiares. Si alguno de ellos sale a la calle, morirá, y nosotros no tendremos la culpa de su muerte; pero si alguien sufre algún daño dentro de la casa, nosotros seremos los culpables. No le cuentes a nadie de este trato que hemos hecho; de lo contrario, no estaremos obligados a cumplir nuestro juramento." Versos 18 - 20.
Escalar. El plan es simple para Israel; después de gritar y marchar Dios derrumbará la muralla, ese es el trabajo de Dios, derribar los muros. Mi trabajo como israelita consiste en subir por los escombros de la muralla y conquistar desde adentro la ciudad.
Prostituta. Había un pacto con el que los espías se han comprometido a respetar y guardar la vida de una familia.
"—De acuerdo —respondió ella—. Así se hará. Dicho esto, los despidió y ellos se fueron, mientras ella ataba la soga roja a la ventana. Los dos espías se fueron a los cerros, y durante tres días estuvieron escondidos allí, hasta que los hombres del rey regresaron. Los habían buscado por todo el camino y no los habían encontrado. Entonces los dos espías bajaron de los cerros, cruzaron el río, y volvieron a donde estaba Josué. Luego de contarle todo lo que les había pasado..." Verso 21-23.
Dios y su parte. No toques de los frutos de la conquista en Jericó, no puedes tomar nada de ese sitio pues todo me pertenece. Jericó, es mi porción de a conquista de la tierra prometida. La otra porción -el resto- de la conquista será toda tuya Israel.
"En la séptima vuelta, mientras los sacerdotes tocaban sus trompetas, Josué dio la orden: «¡Griten con todas sus fuerzas! ¡Dios nos ha entregado la ciudad! La ciudad y todos sus habitantes serán destruidos por completo, como una ofrenda para Dios. Pero acuérdense de no hacerles daño ni a Rahab ni a su familia, porque ella escondió a los espías que enviamos. No toquen nada de lo que hay que destruir. Si lo hacen, causarán una terrible destrucción en nuestro campamento. Toda la plata, y el oro, el bronce y el hierro serán dedicados a Dios, y deben ponerse con sus tesoros» Josué 6:16-19

"Josué les había dicho a los dos espías: «Vayan a la casa de Rahab y pónganla a salvo, junto con toda su familia, tal como se lo prometieron». Los dos espías fueron a buscar a Rahab y a todos sus familiares, y los llevaron a un lugar seguro cerca del campamento de los israelitas." Josué 6:22-23.

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