El poder de los dichos de nuestra boca.

Renovar la mente, abandonar por completo lo anterior, desaprender aquello que me fue útil ayer y adoptar la nueva y fresca revelación de Dios que me será útil hoy es una acción que no deberíamos dejar para otra oportunidad. La muerte y la vida están bajo el poder de la lengua. La vida y la fortaleza son impulsadas y aceleradas a través de nuestras propias declaraciones. Cada vez que hablemos en oposición a la Palabra de Dios daremos cuenta de cada una esas declaraciones.

Para que Usted se forme una idea las niñas suelen tener mejor vocabulario que los niños desde que empiezan a hablar hasta los dos y medio años, aquí la cosa se empareja. Pero en un total de 36 estudios sobre este tema; solo en dos de éstos las mujeres hablaron más que los hombres, y los hombres hablaron más que las mujeres en 34. Sin embargo otro estudio (EUA y México) las mujeres promediaron 16,215 palabras, y los hombres 15,669 palabras por día. Otro estudio nos dice que la mujer suele promediar 27 mil palabras, y el hombre 10 mil en un día. Las razones por las que hablamos tanto pueden estar mezcladas gracias al número de conexiones entre hemisferios cerebrales, una región cerebral de lenguaje muy amplia, las fluctuaciones neurológicas, presencia de la proteína del lenguaje FoxP2, el lenguaje también activa centros de placer.

Como usted ha podido verificar hablamos muchas cosas cada día. ¿Cuanto de lo que hablamos a diario es importante, cuanto es superficial, cuanto de lo que hablamos es trascendente?

"Yo les dije a los huesos lo que Dios me había ordenado decir. Y mientras hablaba de parte de Dios, escuché un ruido muy fuerte. Eran los huesos, que se estaban juntando los unos con los otros." Ezequiel 37:7

Las declaraciones que liberamos hoy, definen y enmarcaran nuestro futuro.

"Y nosotros creemos que Dios creó el universo con una sola orden suya. Lo que ahora vemos fue hecho de cosas que no podían verse." Hebreos 11:3 

Alguna vez, en los días recientes, te has hecho la pregunta ¿Qué haremos en los próximos 5 años? 

"Cuando Abram (padre exaltado) tenía noventa y nueve años, Dios se le apareció y le dijo: «Yo soy el Dios todopoderoso. Obedéceme siempre y pórtate con honradez. Voy a hacer un pacto contigo: voy a hacer que tengas muchos, muchos descendientes». Al oír esto, Abram se inclinó en señal de respeto. Entonces Dios le dijo: «En este pacto que hago contigo, te prometo lo siguiente: De ti nacerán muchas naciones. Por eso ya no vas a llamarte Abram, sino Abraham, porque serás el padre de muchas naciones, y muchos de tus descendientes serán reyes. Este pacto que hago contigo, lo hago también con tus descendientes, y no tendrá fin. Yo soy tu Dios, y también seré el Dios de tus descendientes. La tierra de Canaán, donde ahora vives como extranjero, te la daré a ti para siempre, y también a tus descendientes." Génesis 17:1-9

Dios mismo le da un nuevo nombre, con un nuevo significado de Padre de multitudes. 

Además, Dios le dijo a Abraham: «De ahora en adelante tu esposa ya no se llamará Sarai; su nombre será Sara. La voy a bendecir para que te dé un hijo, y de sus descendientes se formarán muchas naciones, y algunos de ellos serán reyes.» Génesis 17:15-16

Uno de ellos le dijo: —El año que viene volveré a visitarte, y para entonces tu esposa ya será madre de un hijo. Sara estaba a la entrada de la tienda, detrás de Abraham, escuchando lo que decían.Génesis 18:10

Dios define a Abraham un plazo exacto para el cumplimiento de su promesa. "Algunos años después, Dios quiso ver si Abraham lo obedecía, así que lo llamó le dijo: «Abraham, quiero que me ofrezcas como sacrificio a Isaac, tu único hijo, a quien tanto amas. Llévalo a la región de Moria, al cerro que te voy a enseñar». A la mañana siguiente Abraham madrugó, y cortó leña suficiente para hacer un gran fuego. Preparó su burro y se puso en camino al lugar que Dios le había señalado. Iba acompañado de su hijo Isaac y dos de sus sirvientes." Génesis 22:1-3 

Romanos 4:17b al hablar a Abraham se utiliza el verbo griego -καλέω- kaléō= llamar en voz alta. 

"En la Biblia, Dios le dijo a Abraham que llegaría a ser el antepasado de gente de muchos países. Esta promesa se la hizo Dios a Abraham porque Abraham creyó en él, que es el único Dios con poder para resucitar a los muertos y para crear cosas nuevas. Cuando Dios le prometió a Abraham que tendría muchísimos descendientes, esto parecía imposible. Sin embargo, por su esperanza y confianza en Dios, Abraham llegó a ser el antepasado de gente de muchos países que también confían en Dios. Aunque Abraham tenía casi cien años, y sabía que pronto moriría, nunca dejó de confiar en Dios. Y aunque sabía que su esposa Sara no podía tener hijos, nunca dudó de que Dios cumpliría su promesa. Al contrario, su confianza era cada vez más firme, y daba gracias a Dios. Abraham estaba completamente seguro de que Dios tenía poder para cumplir su promesa. Por eso Dios lo aceptó. Y cuando la Biblia dice que Dios aceptó a Abraham, no se refiere sólo a él sino también a nosotros. Dios es el mismo que resucitó a Jesús nuestro Señor, y nos acepta si confiamos en él. Dios entregó a Jesús para que muriera por nuestros pecados, y lo resucitó para que fuéramos declarados inocentes." Romanos 4:17-25

Dios acostumbra a llamar las cosas que todavía no son, ni existen. Y las hace ser, llamándolas en voz alta. Abraham, no dudó, no vaciló, actuó de inmediato creyendo. Las declaraciones dirigen nuestras vidas hacia lo que hablamos.

"Algo parecido pasa con los barcos. Por grande que sea un barco, y por fuertes que sean los vientos que lo empujan, el navegante puede controlarlo con un timón muy pequeño." Santiago 3:4 

La lengua emite palabras poderosas. El pequeño timón dirige al enorme barco a pesar de la fuerza de los vientos. Nos corresponde declarar los sueños que Dios sembró en nuestro corazón. Las montañas se mueven para quien cree absolutamente lo que declara.

Jesús les dijo: —Confíen en Dios. Les aseguro que, si tienen confianza y no dudan del poder de Dios, todo lo que pidan en sus oraciones sucederá. Si le dijeran a esta montaña: “Quítate de aquí y échate en el mar”, así sucedería. Sólo deben creer que ya está hecho lo que han pedido. Marcos 11:22-24

Cuando crees totalmente en lo que declaras, la montaña se empezará a mover. La "palabra declarada" detona un gran poder que surge en el cielo. 

El ángel de Dios se le apareció a Gedeón y le dijo: —¡Qué fuerte y valiente eres! ¡Por eso Dios está contigo! Jueces 6:12

El ángel de Dios declara que Gedeón será un hombre valiente y de gran fuerza y energía. No es ironía ácida. Es una declaración, de un poder desatado en ese momento en la tierra. 

El centurión romano conocía el poder y autoridad que conlleva una declaración, se trata de una orden emitida en la tierra libera el poder de Dios. Lo importante no es que Tú viajes hasta mi casa, es que Tú la ordenes, lo declares. Las declaraciones son claves para demoler las fortalezas. Son argumentos adoptados y que viven dentro de nosotros y se oponen a las verdades eternas de Dios, dirigen nuestro caminar día a día.

Es verdad que vivimos en este mundo, pero no actuamos como todo el mundo, ni luchamos con las armas de este mundo. Al contrario, usamos el poder de Dios para destruir las fuerzas del mal, las acusaciones y el orgullo de quienes quieren impedir que todos conozcan a Dios. II Corintios 10:3-5

Declarar la verdad en otros causa una reacción en cadena de liberación.

Fortalezcan a los débiles, den fuerza a los cansados, y digan a los tímidos: “¡Anímense, no tengan miedo! Dios vendrá a salvarlos, y a castigar a sus enemigos”. »Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; los que no pueden andar saltarán como venados, y los que no pueden hablar gritarán de alegría. Isaías 35:3-7

Esfuércense y sean más valientes. La fe comienza en nuestra mente y se cumple con nuestra boca.

Más bien, la Biblia dice: «El mensaje de Dios está cerca de ti; está en tu boca y en tu corazón.» Y ese mismo mensaje es el que les traemos: que debemos confiar en Dios. Pues si ustedes reconocen con su propia boca que Jesús es el Señor, y si creen de corazón que Dios lo resucitó, entonces se librarán del castigo que merecen. Pues si creemos de todo corazón, seremos aceptados por Dios; y si con nuestra boca reconocemos que Jesús es el Señor, Dios nos salvará. Romanos 10:8-10

Nuestros dichos demuestran aquello en lo qué confiamos. ¡Dios, en este momento yo abro mis labios y con certeza y convicción declaro que tus promesas son mías, y que Tú tienes pensamientos de bien para mi, que Tú eres quien provee para cada una de mis necesidades, que Tú me amas así como soy y estoy en este mismo momento, declaro que tienes cosas maravillosas para mi y los míos!